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Nuevas tecnologías para viñedos orgánicos

Como parte de su colaboración con Veo Verde, Caliterra nos ha enviado otro artículo para estar al tanto de como una viña busca su identidad con respeto al MA, adoptando las últimas tecnologías para una mayor eficiencia, un desarrollo a largo plazo y la diferencia a nivel de mercado.

Viña Caliterra continúa firme con su cruzada verde, bajo la premisa de maximizar recursos adoptando nuevas tecnologías, siempre en función de su concepto amigable con el entorno. Una de ellas son las imágenes multiespectrales, una innovadora técnica que ha traído grandes ventajas en los procesos vitivinícolas.

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A partir de esta última tecnología, consistente en fotos aéreas captadas por cámaras especiales, se refleja el nivel de vigor de cada sector plantado, logrando trabajar grandes campos –como el de Caliterra con sus 260 hectáreas plantadas en el Valle de Colchagua- como si fueran viñas boutique.

El momento preciso para cosechar en este lugar es ahora. ¿Quién y cómo lo indica? Un enólogo con la ayuda de una tecnología llamada imágenes multiespectrales. Ésta detecta qué sectores de cada cuartel producen parras más o menos vigorosas, gracias a un software especialmente diseñado para analizar imágenes del follaje, captadas al detalle por una cámara especial instalada en un avión que vuela al orden de 6.500 pies.

La diferencia con el método tradicional es la forma en cómo se cosechan las uvas, cambiando de un sistema de “barrido” a uno de polígonos irregular dibujado por estas imágenes. La cosecha así se produce en el momento preciso. De hecho, ocurre de forma sorprendente, que dentro de un mismo cuartel se cosecha en fechas totalmente distintas, provocándose diferencias de hasta 53 días entre la primera y la última, porque la uva en parras más débiles normalmente madura antes que la de plantas más vigorosas. Con esto, queda atrás el muestreo aleatorio para obtener un promedio de madurez mínima.

Los distintos sitios se ubican al analizar la imagen multiespectral tal como, análogamente, se hace con los rayos X.  Es decir, ajustando las sensibilidades en el software se pueden “ver” las zonas de cada cuartel, o bloque de viñedo, que presentan un vigor homogéneo y factible de separar. Una vez comprobado en terreno el pronóstico en la pantalla, se procede a seguir el polígono formado como si fuera una unidad productiva independiente con muestreos, conteos, monitoreos y análisis propios, lo cual culmina con la cosecha manual selectiva. Y el resultado es más que favorable: aumento sostenido de la calidad.

“La ventaja de la tecnología de las imágenes multiespectrales, es detectar y extraer con pinzas la calidad que se va desarrollando al interior de los cuarteles, de una forma muy nítida y bien efectiva, esperando que la uva cosechada llegue a su punto óptimo”, indica Sergio Cuadra, enólogo de Viña Caliterra.

Con esta tecnología, se hace posible cosechar en una misma área uno o más vinos, y su posterior mezcla resulta muchísimo mejor que el promedio de lo que se conseguía en producciones anteriores. “Este sistema nos permite ir al campo y obtener toda la riqueza que pueden dar suelos heterogéneos”, corrobora Sergio Cuadra.

Por último, la misma plataforma informática se utiliza para administrar y mantener acabada información del viñedo, desde la cuenta de yemas en el invierno, pasando por las incorporaciones de abono orgánico en determinados sectores, hasta el resultado exacto de calidad de los distintos lotes de uva vinificados.

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