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La “poda” municipal

“Es para que no se enreden en los alambres de la luz”, me dijo.
Le mostré una cuadra completa en la que no había un solo tendido.
“Es porque hay que podarlos”, me dijo
Le mostré un solitario y milagroso jacarandá a mitad de cuadra, sin podar.
“Es que esos no se podan”, me dijo.
“¿Y por qué se podan los otros?”, le pregunté.
“Porque se han podado siempre”, me repuso.
“¿Y por qué?, le pregunté.
La respuesta no pudo ser más clara. “Porque sí”, me dijo.
Ahí terminó el diálogo, se diría que a satisfacción de ambas partes. Si los árboles de Cabildo se podan, es porque sí.

Llega el invierno y con él las terroríficas podas municipales en Chile. Ya describía en el año 1983 el escritor chileno Cristián Huneeus una de las costumbres mas primitivas y arraigadas de la idiosincracia local. Los “argumentos” sostenidos hablan de la molestia que causan las grandes copas por la caída de sus hojas en otoño, por el obstáculo para cables, personas y construcciones, además de los motivos de seguridad, visibilidad y un largo etcetera sin mucho mas trasfondo que el “porque sí” y el “se han podado siempre”.

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El resultado son hileras de árboles mutilados, muñones en vez de ramas, árboles deformes. En Chile es una costumbre fuertemente arraigada en sus provincias, a la que se le suma en la misma operación municipal otra muy extendida: pintar con cal o látex blanco la base de los árboles. Esta última práctica -extendida incluso por latinoamerica-, tiene inciertos objetivos. Argumentan combate contra plagas como las hormigas (de necesitar los árboles defenderse de estas -hay notables casos de simbiosis entre árboles y hormigas- hay mejores métodos), señalética alternativa para caminos con baja visibilidad, disminución de la temperatura del tronco para evitar grietas que facilitan el ingreso de plagas y decenas de otros motivos que deambulan entre la ciencia, la costumbre popular y por supuesto la ignorancia e inercia municipal.

Sea el motivo que sea el argüido, las consecuencias van desde perjuicios directos (la cal altera en consideración el Ph del suelo y bloquea las lenticelas por donde el tronco “respira”, muchos árboles mueren por la poda indiscriminada, etc) hasta algunas consideraciones mas indirectas y discutibles como podría ser su estética (¿es mas feo/lindo, natural/artificial un árbol pintado/podado?). Sería interesante que se planteara la pregunta y dejar atrás creencias y prácticas primitivas sin mas argumentación que la inercia para dar paso a una decisión responsable dejando la poda y el cuidado de nuestros árboles a expertos con criterio que opten por un control inteligente mas que por una tala rasa decidida en nebulosas instancias municipales.

Enlaces: Foto 1 (flickr) | Foto 2 (flickr)

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