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En Guadalupe, a las afueras de San Fe, Argentina, el clima comenzó a cambiar desde 2003. Ese año se desbordó el río Salado e inundó los campos; en 2007 y 2008 las lluvias arrasaron con toda la producción; y en 2009 sufrieron una sequía.
Los cambios climáticos de Argentina causan impacto en las actividades agrícolas y ganaderas. Un informe del Gobierno de ese país, dice que aumentaron las precipitaciones extremas en el este y el centro; subió la temperatura de la cordillera de Los Andes, la Patagonia y Cuyo, con retroceso de glaciares; aumentó el caudal de los ríos por las inundaciones, pero disminuyó en San Juan, Mendoza, Comahue y el norte de la Patagonia.
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En la ciudad de Silípica, existen apicultores a los que se les derrite la miel. En ese lugar tuvieron siete meses de sequía y en octubre y noviembre de 2009, alcanzaron temperaturas de 48 y 49 grados. Como hace tanto calor, no crecen las hojas de los árboles, por lo tanto no dan sombra y se funden las colmenas.
Al sur de la provincia de Buenos Aires, al inicio de la Patagonia, llovían 400 milímetros de agua al año, en 2004 cayeron 700 y desde 2005, sólo han caído 180 por año.
Los cambios que está viviendo “el granero del mundo”, perjudican la producción de los agricultores y ganaderos. Tal vez la solución es que aumenten sus áreas naturales protegidas.
Link Como no llueve, se derrite la miel (El País).