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Como mencionamos en tendencias alimenticias, en esta columna intentaremos revisar las dietas que pretenden mejorar nuestra vida, nuestra salud y nuestro planeta. Ya revisamos la alimentación ayurvédica, crudívora y la macrobiótica, a lo que sumamos otras referencias a veganos, flexitarianos y locavoristas.
Los frutarianos practican el consumo abundante de frutas, bayas y frutos secos, basados en la teoría de que el hombre prehistórico se alimentaba naturalmente así, ignorando incluso las leguminosas y las verduras (hecho que otros consideran completamente erróneos y desmentidos por la arqueología).
Para su alimentación clasifican así las frutas:
– Frutos secos: Los comen solos para evitar la fermentación con las frutas demasiado acuosas.
– Frutas desecadas: Afirman que para mejorar su digestibilidad deben ser rehidratadas por medio del remojo.
– Fruta fresca: Recomiendan tomarla directamente del árbol o en su defecto madura, con piel y bien lavada. El melón y la sandía no se consideran frutas, sin embargo el tomate sí.
– Frutas ácidas (tomate, naranja, mandarina, limón, lima, pomelo, fresas, kiwi, grosella, frambuesa, manzana ácida y piña).
– Frutas semiácidas o semidulces (higos frescos, albaricoques, mangos, manzanas dulces, cerezas dulces, ciruelas, melocotón, pera, nectarina)
– Frutas dulces (higos secos, plátanos, dátiles, albaricoques secos, uvas frescas y pasas, manzanas secas, caquis, ciruelas pasas)
Según los expertos, una dieta en la que sólo se incluyen frutos secos, frutas y bayas es completamente desequilibrada y puede perjudicar seriamente la salud, ya que es deficitaria en prácticamente todos los nutrientes salvo en fibra dietética.
Link: Frugívoros o frutarianos (consumer.es)