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Entendiendo que el turismo en nuestro país es una industria que actualmente tiene un indiscutible crecimiento, debemos considerar la calidad de los servicios otorgados por las diferentes agencias turísticas.
Estas agencias deben tener como primicia el cuidado del paisaje, la biodiversidad y las personas que ocupan sus servicios, como también nosotros debemos ser responsables con nuestro entorno. Los turistas tienen un papel fundamental en la calidad y adecuación del producto que se les entrega, por esto el acceso a los lugares turísticos debe estar al alcance de todos en igualdad de condiciones.
Aún así las dificultades para las personas discapacitadas persisten, por lo que sería bueno considerar un cambio en la percepción que tenemos hacia la discapacidad y entregarles más herramientas de adaptación.
El libro “Por un turismo accesible a todas las personas y socialmente sostenible” del Comité Económico y Social Europeo, proclama unos criterios inspiradores en materia de turismo y discapacidad, que pueden sintetizarse en una suerte de decálogo, algunos de estos principios son:
- Garantizar que las personas con discapacidad y tengan derecho real y efectivo al acceso regular y a los bienes y servicios turísticos de toda índole.
- Asegurar que los problemas de movilidad o de comunicación que puedan presentar las personas con discapacidad no servirán nunca de base para prohibir, negar, limitar o condicionar su acceso a los bienes y servicios turísticos.
- Los poderes públicos promoverán, en la esfera de sus respectivas responsabilidades, programas y acciones dirigidos a fomentar la accesibilidad y la eliminación progresiva de las barreras y obstáculos de todo tipo.
- El turismo accesible no es una cuestión que corresponda en exclusiva a las autoridades públicas, sino que su promoción y fomento es responsabilidad también de todas las instancias privadas que operan en este ámbito socioeconómico.
Estas iniciativas, más que una serie de principios, son una colaboración a la adaptabilidad de todas las personas y a la no discriminación. Aportan además un valor agregado a los servicios turísticos actuales.
Con estas iniciativas podríamos abrir estos servicios a todas las personas con discapacidad y también a personas mayores que por algún motivo han visto limitadas sus posibilidades.
Estas barreras en infraestructura también son una barrera de pensamientos, ya que muchas veces las personas no tomamos conciencia en las necesidades reales que requieren los discapacitados y en consecuencia nuestros comportamientos no facilitan su integración.