Los campos eólicos que se encuentran en los océanos, estimulan la vida marina. Según el científico Dan Wilhelmsson, de la Universidad de Estocolmo, la biodiversidad de los mares es mucho más abundante y diversa en las cercanías de los aerogeneradores.
“Las superficies duras son algo escaso en el océano, y esas cimentaciones parecen funcionar muy bien como arrecifes artificiales“, dice Wilhelmsson. Este ecosistema ideal que se forma al rededor de las turbinas, ha hecho que surjan más peces, cangrejos, algas y mejillones
Es lo mismo que ocurre con los barcos o aviones hundidos, cerca de ellos aumenta el número de organismos. Por eso se hacen arrecifes de hormigón para cultivar mariscos.