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Partamos por lo básico: La basura a los basureros

(cc) Dwaaaahh! 😀

Está muy bien hablar e incluso tratar de educar con respecto a lo importante que es separar la basura, reciclar, reutilizar, hacer compost y muchas otras cosas por el estilo. Sin embargo, me parece que hay un montón de personas a las que no se les puede incentivar a realizar estas actividades sin antes partir por cosas más elementales.

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Me explico. Antes de indicarle a un individuo que, en vez de meter toda su basura en un mismo bote es mejor separar la basura entre la que es posible de reciclar y la que no, primero habría que enseñarle que la basura –cualquiera que sea ésta- se bota en los basureros y no en cualquier parte. Porque, ¿Cómo se le dice a alguien que clasifique su basura si esta ni siquiera posee el hábito de dejar los desperdicios donde se debe?

¿Creen que exagero? Dense una vuelta por cualquier avenida de Santiago y verá en cualquier esquina o rincón todo tipo de basura. Bolsas plásticas, cajas de cartón, envases varios y hasta trozos de neumáticos. O, mejor aún, miren cómo los vecinos de muchos edificios de departamentos tiran sus bolsas de basura en cualquier parte menos en el ducto destinado para este fin. Ahora, si todo esto les parece poco, recorran la periferia de la ciudad y vea cómo están los sitios eriazos llenos de chatarra desparramada, autos abandonados y escombros. Y de los vertederos clandestinos, mejor ni hablar.

Porque claro. Uno separa la basura y hasta hace el esfuerzo de llevar las cosas para reciclar a algunos supermercados o incluso al Punto Limpio de Vitacura. Pero resulta que los que estamos haciendo eso somos sólo unos pocos. Porque en Santiago –en toda la ciudad, no solo en los barrios menos acomodados, no me mal entiendan- está lleno de gente a la que le da los mismo todo este tema y que, con suerte, tira su basura en lugares adecuados.

Así las cosas, lo que se está haciendo en muchos casos. O, mejor dicho, con mucha gente. Es poner –como dice el dicho popular- la carreta delante de los bueyes. Y así, es bien difícil avanzar. Habría que tratar al menos que los niños internalicen lo importante que es el buen manejo de nuestros residuos, para que así en unos años más tengamos una ciudad limpia y con mucha más gente que ahora clasificando su basura. Porque con los giles que ya no aprendieron, la verdad es que no queda mucho más que hacer.

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