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EEUU: Republicanos buscan rechazar ley que hace más eficientes las ampolletas

La normativa busca que para 2020 las bombillas sean un 60% más eficientes, pero los conservadores aseguran que es un atentado contra el libre mercado.

En 2007, el congreso estadounidense logró poner de acuerdo a liberales y republicanos, y emitieron una ley que obligaba a las industrias a producir bombillas (ampolletas) más eficientes. Según la ley, para 2014 tendrían que ser un 30% más eficientes, y para 2020, un 60%. El problema es que ahora los conservadores se han puesto en contra de que se cumpla esta normativa, argumentando la libertad de mercado.

Los argumentos usados por los conservadores tienen que ver con la libertad de los consumidores para comprar lo que quieran. Joe Barton, representante conservador de Texas, dijo a los medios que ellos no creen que “el gobierno deba decirle a las personas qué tipo de iluminación usar en sus casas”.

Lo que quieren hacer los republicanos es revocar la ley que ellos mismos aprobaron 4 años atrás, mientras muchos sospechan (otros aseguran) que grandes empresas como General Electric, a quienes les interesa que no haya mejor eficiencia porque así las personas pagan más por la electricidad, han convencido a los políticos para que intenten derogar esta ley.

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El argumento de quienes apoyan la ley, liberales, ecologistas y gran parte de la sociedad civil, es que con la medida en ningún caso se está prohibiendo el uso de bombillas incandescentes, y que la única diferencia, en palabras del secretario de Energía Steven Chu, “es que ayudará a los norteamericanos a ahorrar dinero”.

El problema es que muchas empresas ya están haciendo estudios o bien fabricando ampolletas más eficientes, y derogar la ley eliminaría todos esos planes. Se estima que si entra en vigor y funciona, el ahorro significaría el de 33 centrales a carbón. Las bombillas que se usan actualmente son prácticamente iguales que las que inventó Thomas Alva Edison, y volverlas más eficientes, opinan muchos, significaría entrar de verdad en las tecnologías del siglo XXI.

La gran pregunta es qué preferimos, una sociedad donde el derecho a comprar y vender está por sobre todas las cosas, o una donde el Estado de verdad obligue a las empresas, principales emanadoras de CO2 en el ambiente, a someterse a normativas ambientales más estrictas. Yo prefiero la segunda.

Puedes leer una nota, en inglés, en el New York Times.

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