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España: Central nuclear calienta río Ebro que ya alcanza los 30 grados

Para continuar con la tónica trágica desprendida de las centrales nucleares, hablaremos de lo que sucede en la planta de Garoña (Burgos) España en donde la concesión permite subir sólo 3 grados la temperatura del río Ebro, y que a pesar de que dice tener todo en norma según sus cálculos, Greenpeace, detectó un alza que hace que el río alcance 30,9 grados en el embalse.

La prueba de que la central excede la temperatura en más de tres grados, está en que durante mayo, y con la central- propiedad al 50% de Endesa e Iberdrola- parada, el río alcanzó 4,1 grados, mientras que con la central en marcha, durante febrero esa diferencia ascendió a 15,7 grados.

La consultora contratada por Greenpeace, Anbiotek, considera que “el incremento de temperatura no puede ser debido a la acción solar y se atribuye, en gran parte, al vertido de la central nuclear”,  lo cual respondió la consultora URS, de la planta nuclear, que “si en algún momento se supera la diferencia de tres grados se debe a que en el embalse el agua estancada siempre está más caliente que en el río”. La central aporta un informe biológico según el cual no hay afección para los peces ni cambios relevantes en el embalse.

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Los dimes y diretes continúan con que “la descarga térmica favorece la implantación de  especies introducidas, ligadas a aguas más cálidas (perca americana, siluro, pez sol y carpa), que encuentran en este embalse ‘condiciones de balneario’ para vivir”, según los estudios encomendados a Antibiotek.

Finalmente la planta nuclear ha contestado que esta acusación ecologista no le causa ninguna preocupación.

Ahora queda saber como fallará la investigación a cargo de La Confederación Hidrográfica del Ebro, del Ministerio de Medio Ambiente español.

Pero ¿Por qué colocar una central nuclear en la ribera de un río?

Las centrales nucleares necesitan un flujo constante de agua para refrigerarse. Por eso están situadas junto a ríos o el mar (como el conocido caso de Fukushima).  La concesión de aguas otorgada a Garoña le permite utilizar un caudal de 24,331 metros cúbicos por segundo, que en su mayor parte se devuelven al cauce. En este caso la toma y la devolución de agua se realizan en el embalse de Sobrón. Ese caudal sirve para extraer calor del núcleo, por lo que el agua se calienta antes de volver al río.

Fuente: Medio Ambiente investiga si Garoña calienta en exceso el río Ebro El País

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