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La Cremación no es inofensiva

La escasez y el precio del suelo explican que cada vez sea más común optar por la incineración.

Los ritos funerarios cambian mucho entre culturas. Hay culturas que entierran a sus muertos, otras que optan por una pira funeraria. Otras entregan los cuerpos de sus muertos a las aguas y otras, aquellas donde hay poca madera, no hay grandes rios y poco suelo blando incluso tienen entierros aéreos, donde el cadáver de la persona es dado en alimento a las grandes aves. Ninguna forma es necesariamente mejor que otra, y lo que a la cultura occidental puede parecerle civilizado, a otra cultura podría parecerle aberrante (y viceversa).

Sin embargo, más allá de la cultura, los tiempos modernos han impuesto ciertas consideraciones prácticas por encima de otras. La escasez y el precio del suelo explican que cada vez sea más común optar por la incineración, al ser mucho más barato que el sepulcro en un camposanto. Aunque la noción generalizada es que luego de esparcir las cenizas del ser querido no quedan rastros materiales de éste, por desgracia para el medio ambiente su partida dista mucho de ser tan limpia como suena.

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A lo largo de nuestra vida el cuerpo acumula una cantidad impresionante de contaminantes de difìcil degradación, y mediante la incineración se devuelven al medio ambiente en desmedro de la salud de todos. Sin ir más lejos, en el Reino Unido un 16% de la contaminación por mercurio en el aire se explica por las incineraciones. Otros compuestos como dióxido sulfúrico, fluoruro de hidrógeno y cloruro de hidrógeno -entre otros- son liberados al aire en las grandes ciudades, y el problema sólo está destinado a empeorar si no cambiamos nuestras costumbres funerarias.

Probablemente no tenemos la respuesta, pero para demostrar que alguien más está preocupado del tema les contaremos sobre una empresa de Florida que ha anunciado una máquina llamada Resomator, la cual permitiría disolver el cuerpo en líquido sin combustión de por medio.

Para esto se emplea un compuesto de agua con una alta concentración de hidróxido de potasio. La mezcla se calienta a 180°C y la cámara se presuriza a 10ATM. El resultado es que el cuerpo se consume  por completo en cuestión de horas. El proceso es aproximadamente un 33% menos contaminante que la cremación y al final de éste permite separar los contaminantes insolubles presentes por ejemplo en las amalgamas dentales. Esos compuestos, que en una cremación son liberados a la atmósfera, en este caso pueden transportarse a un almacenamiento seguro y segregado.

Vemos muy improbable que el Resomator tenga un futuro comercial o masivo. En realidad la idea es un poco grotesca y cualquier cambio en la tradición funeraria requiere grandes transiciones culturales. Sin embargo es bueno tener presente que cada vez somos más, que nuestro paso por la tierra deja una huella y que algo tendremos que hacer para que esa huella no siga perjudicando a nuestro prójimo una vez que nos toca partir.

Link: Cremation is Not Harmless as You Think; So Dissolve the Dead (Green Packs)

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