Fue hace seis meses que el Servicio Agrícola y Ganadero dio la autorización a la empresa AgroFuturo para mantener un cultivo de marihuana con fines medicinales. La idea era hacerlo en un predio del sector de Los Álamos, en la región del Bio bio, pero a poco de obtener este permiso, el Instituto de Salud Pública aseguró que no permitirían la distribución de ningún medicamento que tuviera dronabinol, elemento obtenido de la cannabis. Así que el SAG, al notar que la producción medicinal de la planta sería inviable, revocó el permiso.
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Lo que hizo la empresa fue presentar un recurso de protección, en contra del SAG, ante la Corte Suprema. Ésta, en un fallo unánime, acogió la acción cautelar y dio nuevamente a AgroFuturo el permiso para cultivar, sembrar, plantar y cosechar la planta.
En todo caso, la cosa tampoco es tan fácil, y todo el proceso de producción será supervigilado por la entidad pública. La empresa deberá, por ejemplo, avisar con 30 días de anticipación cada siembra, mientras que las cosechas deben ser informadas 60 días antes. Asimismo, nadie que no esté directamente involucrado con el cultivo podrá tener acceso a él.
Aunque si pensamos en las posibilidades de que se apruebe el cultivo o autocultivo de marihuana en nuestro país, este permiso no avanza mucho. La idea de organizaciones como Cultiva Tus Derechos o Revista Cáñamo es que cada persona pueda plantar sus propias plantas, para poder consumir este producto no adictivo sin recurrir al narcotráfico. Sin embargo, está claro que un fallo como este sienta precedentes en futuros procesos de legalización.
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