Un estudio de la Sociedad Británica de Ecología, realizado en Etiopía, demostró que el árbol de el cual se extrae el incienso está en grave peligro de extinción y que en cerca de 50 años se reduciría un 90%.
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El árbol del incienso se llama Boswellia, originaria del noroeste de la India. Su extracto de resina aromática aporta bondades curativas, especialmente como poderoso antinflamatorio, que puede ser de gran ayuda en el tratamiento del asma, por ejemplo.
El incienso es sin duda la propiedad más explotada de Boswellia. Además de utilizarse como aromatizante de ambientes, también tiene propiedades curativas si se mezclan con las técnicas del aromaterapia, que puede incluso ayudar a superar la depresión.
Los expertos, tras el estudio de seis mil árboles, alertan que “producción de incienso está condenada”, ya que solo en los proximos 15 años las especies se reducirían a la mitad.
Cabe señalar, que contrario a lo que se pueda pensar, el árbol de incienso no se encuentra en peligro producto de la explotación del hombre. Esta vez es la misma naturaleza puso en jaque a este ser vivo, gracias a los incendios, los animales y los ataques de insectos.
Fuente: La producción de incienso desaparecería por descenso en cantidad de árboles desde la que es extraída (Radio Bío-Bío)