Por medio de la manipulación genética de un receptor que inhibe la fabricación de tejido muscular, cientificos de la Escuela Federal Politéctica de Lausana, Ginebra, se obtuvieron gusanos y ratones con musculatura como para correr una maratón.
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Lo más alentador del experimento de los científicos suizos, es que por muy invasivo y antinatural que resulte, no tiene absolutamente ningún efecto secundario, más que el de reforzar la musculatura, aumentando la resistencia física, y aminorando el cansancio causado por ésta.
La importancia de esta investigación, es que en el futuro podrá ser aplicado a los seres humanos, evitando que en la vejez nos veamos sometidos a un “cuerpo decadente” como decía la malvada momia inmortal, “Mun-Ra”.