Siempre he pensado que cuando las condiciones de infraestructura están dadas, la gente inmediatamente colabora con la mantención de una ciudad limpia. Es bastante cómodo para algunos activistas esta situación, pero no podemos pedirle peras al olmo. Si se trata de un lugar urbanizado, siempre tendremos personas en transito con desechos que no sabrán dónde botar si no existe mobiliario para ese efecto.
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Por ejemplo en la ciudad de Valparaíso en Chile, disminuyó considerablemente el botadero que estaba en las calles, gracias a la incorporación de basureros metálicos -porque antes eran de plástico y desaparecían en cada protesta- lo que contribuyó además, a que la gente obtuviera consciencia y responsabilidad sobre la basura que arrojaba deliberadamente al suelo.
En Buenos Aires, Argentina, en el barrio de Monserrat, hace un mes se implementaron contenedores normales y con separadores de residuos, lo que ha sido adoptado con mucho éxito y entusiasmo en la comunidad, logrando que las calles, ya no tengan esas hórridas bolsas de basura colgando de los árboles, o apiladas en las esquinas.
Entre Ríos, Lima, Rivadavia y Belgrano, ya han sido colocados contenedores metálicos que poseen un pedal para levantar y cerrar la tapa, garantizando que no se salga la basura contenida, pudiendo contener 3.200 litros de capacidad, el triple que la de los contenedores comunes. Hay cien de color negro para la basura no reciclable , como los residuos orgánicos, y veinte verdes para la recuperable , como papel, plástico, vidrio, latas o cartón.
Ha sido tan buena la experiencia, que el gobierno piensa extenderlo a otras zonas altamente pobladas, con los mismos fines de limpieza y de creación de hábitos de reciclaje. En este primer mes, en la zona se juntaron un total de 126.000 kilos de materiales reciclables, incluyendo 60.000 kilos de cartón, 46.000 kilos de papel blanco, 14.000 mil de plástico PET y 6.000 de papel de diario.
Lamentablemente en Chile, existen muchas ganas de subirse al carro de la victoria medio ambiental del reciclaje, pero se hace difícil. No existe infraestructura para lograr este fin, y donde hay experiencias de reciclaje, es en ciertos lugares, los “puntos limpios” , en donde en la mayoría de los casos, se necesita de movilización particular para llegar, segregando a gran parte de la población.
Según un estudio de la Universidad Andrés Bello, los chilenos dan gran importancia al medio ambiente y exigen que el Estado se haga cargo. Con respecto al reciclaje, 58% confía que gran parte es reutilizada como materia prima, nivel de confianza que aumente entre los niveles socioeconómicos más bajos (61%) y entre los más jóvenes (62%). El 32% de los encuestados, en tanto, piensa que solo una pequeña parte es reutilizada y el resto se junta con otro tipo de basura.
Y eso no puede ser tan descabellado si nos basamos en el bochornoso video de el mal manejo de residuos en el Parque Metropolitano en donde existen contenedores de reciclaje. Luego de todo el trabajo que se da la gente para separar su basura, los funcionarios de aseo, mezclan todo y lo echan a un gran contenedor.
Esperamos que las experiencias de Argentina y otros países nos sirvan de ejemplo, y a ellos esta lamentable situación, para no repetir los errores.
Fuente: Hay menos basura en la calle por los nuevos contenedores (El Clarín)