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James Cameron busca alcanzar las profundidades del mar

De pequeño, el afamado director se metía en las cañerías de drenaje y veía cuanto lograba avanzar. Ya de adulto, hizo las dos películas más taquilleras de todos los tiempos, “Avatar” y “Titanic”

El pasado miércoles, James Cameron se metió en una cápsula de 110 centímetros y descendió, sólo, ocho kilómetros en la Fosa de Nueva Bretaña, al este de Papúa Nueva Guinea. El descenso lo realizó en una embarcación de 7 metros de largo conocida como el “El Retador de las Aguas Profundas (Deepsea Challenger), con la cual rompió el récord mundial de profundidad que sostenía un sumergible japonés.

Pero James Cameron desea bajar aún más.  Para este mes tiene planeado sumergirse alrededor de 11 kilómetros en el punto más inaccesible del planeta: el Abismo Challenger, en el Pacifico occidental, un mundo extraño en el que se cree viven raras anguilas y gusanos de mar, peces y crustáceos. El director de “Titanic” planea pasar seis horas recogiendo muestras y filmando ese extraño mundo submarino donde la presión en el fondo alcanza los 108.600 kPa (kilopascales). En la fosa se ha encontrado un calamar gigante del género Architeuthis, una especie desconocida de lenguado y varias otras especies desconocidas hasta entonces. Minusculos seres vivos unicelulares y una forma de plancton totalmente nueva, según un artículo de la revista Science.

“Es una explosión”, dijo Cameron en una entrevista durante las pruebas de mar de su nuevo oficio. “No hay nada más entretenido que meterte dentro de esto y ver cosas que nadie ha visto antes. A pesar del buen animo, su intento de descender a las profundidades del océano no deja de ser peligrosa. En intentos anteriores, dos personas murieron en un sumergible y el propio Cameron sufrió la perdida de dos miembros de su expedición en un trágico accidente en helicóptero.

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Cameron construyó su submarino en miniatura en secreto en Australia y ya ha superado a otras embarcaciones por su capacidad para transportar gente a través de presiones extremas.

Al igual que con el nacimiento de los vuelos espaciales privados, donde compañías comerciales construyen naves para llevar a los astronautas que puedan pagarlo, el debut del submarino de James Cameron marca la creciente importancia de los emprendedores para los avances científicos y tecnológicos.

Su meta con esta inmersión en el Abismo Challenger es actualizar el anterior registro, realizado por la Marina estadounidense hace casi 50 años. Dos hombres descendieron 11 kilómetros por el abismo, en un vehículo de 18 metros de largo. Sólo una ventana se quebró durante el descenso. Cuando llego al fondo marino, levantó tanto polvo que los buzos apenas podían ver hacia fuera, no tomaron fotos y comenzaron su ascenso después de tan sólo 20 minutos en el fondo del mar.

La apuesta de Cameron será revelado el próximo jueves en Whashington por la National Geographic Society (NGS), donde el realizador ostenta el título de Explorador-en-Residencia. Tanto la NGS como Cameron se esforzaron en caracterizar el descenso como puramente científico y no una competencia.

Desde hace un tiempo, una serie de millonarios -incluyendo a Richard Branson de Virgin y a Eric E. Schmidt, de Google- están construyendo o financiando submarinos en miniatura destinados a transportalos a ellos, sus amigos y a científicos, a las más remotas partes de planeta, incluyendo por supuesto el Abismo Challenger.

Cameron va a recopilar muestras para investigaciones en biología, microbiología, astrobiologia, geología marina y geofísica. “La ciencia es de vital importancia”, señaló Ellen Stanley, vocera de la National Geographic.

Descrita por Cameron como una aventura “muy diferente a ir ahí abajo y plantar una bandera”, en una clara alusión a la expedición rusa de 2007 que colocó una bandera en el fondo marino bajo el Polo Norte con la intención de reafirmar los reclamos de Rusia por casi la mitad del lecho marino del Ártico.

El Abismo Challenger se ubica en la Fosa de las Marianas, el más profundo de los muchos recovecos que posee el fondo del mar. Durante las últimas décadas, los científicos han obtenido muestras de las criaturas que ahí habitan mediante dragados en una larga linea. Al subirlas han venido repletas de extraños seres que lucían como gusanos, además de pepinos de mar. Recientemente, las cámaras de un robot submarino lograron observar peces de aspecto fantasmal con sinuosas colas.

A bordo de la expedición de Cameron viaja Douglas Bartlett, profesor de genética microbiana marina en el Scripps Institution of Oceanography, dependiente de la Universidad de California en San Diego. El año pasado, Bartlett dirigió un equipo que envió cámaras a lo profundo de la Fosa de las Marianas y consiguió observar amebas gigantes. Conocidas como Xenophyophorea, estas misteriosas formas de vida consisten en una sola célula, capaz de crecer hasta el tamaño de un puño.

La expedición se podrá observar a través del sitio web www.deepseachallenge.com. Ahí se detalla que el colaborador científico principal es Scripps, seguido de la Universidad de Hawai, el laboratorio de propulsión de la Agencia Espacial estadounidense (NASA) y la Universidad de Guam.

En su trabajo como director de películas, James Cameron ha mostrado siempre una fascinación por las profundidades del mar, con filmes como “The Abyss” (1989), “Titanic” (1997) y una serie de documentales sobre barcos perdidos, incluidos el “Bismark” (2002) y “Ghost of the Abyss” (2003), un tour 3D por el interior del Titanic. National Geographic dijo que el director ha hecho un total de 76 sumersiones, incluyendo 33 al famoso crucero de lujo.

Las cápsulas de sumersión son pequeñas para soportar mejor las toneladas de presión y no poseen comodidad alguna. El modelo de Cameron es inusualmente pequeño, con un diámetro interior de tan sólo 122 centímetros. Sobre el vehículo dijo que posee muchas cámaras, pero tan sólo una mirilla, de 7 centímetros de diámetro interior. Describe la nave como un “torpedo vertical”, diseñado para bajar y subir rápido y de esa forma maximizar el tiempo de exploración.

Para finalizar, James Cameron señaló que si la expedición es un éxito, además de los descubrimientos científicos, realizará dos documentales, uno para salas de cine 3D y otro para un especial de televisión de la National Geographic.

Fuente: Miles Under the Pacific, a Director Will Take On His Riskiest Project (The New York Times)

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