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Respuesta pública de Ana Stipicic a columna “Isla Riesco, el mal menor” de Marcelo Mena

Esto SI es Sub Sole y Sub Terra pero del siglo 21, es decir más refinado, menos escandaloso y evidente, pero igualmente nocivo para el lugar de explotación como para donde se quemará el carbón.

Primero que todo plantear que respetamos la trayectoria de Marcelo Mena y todo lo que ha hecho para avanzar en tantos desafíos ambientales que tenemos en nuestro país, sin embargo, manifestamos nuestro desacuerdo con las opiniones vertidas en el artículo “Isla Riesco, un Mal Menor” y la entrevista realizada por Veo Verde.

A pesar de ello creemos profundamente que el debate es la mejor forma de poner estos temas en la mesa, contenidos se enfrentan con contenidos, bajo el respeto que merecen todas las personas y opiniones. Por ello, copio nuestras apreciaciones publicadas en nuestra página web.

RESPUESTA PÚBLICA A ARTÍCULO “ISLA RIESCO, MAL MENOR”, REVISTA QUE PASA

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Marzo 2012

El cambio climático es hoy uno de los desafíos internacionales más complejos de nuestro siglo, de hecho existe un gran consenso en el seno de la comunidad científica internacional (una muestra de ello es el “Intergovernmental Panel on Climate Change”, IPCC) acerca de que el clima global está siendo alterado en este siglo como resultado del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. En este marco, desde Estocolmo 1972 (United Nations Conference on the Human Environment) se está tratando de obtener el compromiso internacional para generar políticas que detengan el incremento o reduzcan la concentración de estos gases en la atmósfera. Sin embargo, los acuerdos logrados a nivel político han sido escasos. Empero, la preocupación general e interés de intervenir en este tema es un hecho, plasmado en diversos protocolos mundiales, que este año se pretenden analizar y reimpulsar a través de Río+20 (Junio, 2012).

En relación a nuestro país, el aumento per cápita en nuestras emisiones de CO2, nos sitúan en el segundo lugar de mayor crecimiento en las mismas y la comunidad internacional, a través de la OCDE y diversas instituciones como la Universidad de Yale, nos han llamado la atención, dada la explosión del uso del carbón principalmente para la generación eléctrica. En este punto es importante aclarar que sólo el proyecto Mina Invierno, la primera de las 5 minas a cielo abierto de carbón que se pretenden instalar en Isla Riesco, abastecerá el 30% del carbón que hoy se consume en Chile, por lo que su marcha no debe analizarse tan livianamente, dado el impacto que generará en justamente el proporcionar esta fuente de energía para nuestro país.

Con estos proyectos de extracción de carbón, que en el caso de Mina Invierno se trata de uno sub-bituminoso de la más baja calidad energética, nuestro país re-carboniza nuestra matriz energética, dejando de lado conceptos tales la transición hacia una Economía Verde y Sustentable, gran tema a tratar en Río+20. ¿Cual es la posición de nuestro Gobierno y nuestra clase política en vistas de esta importantísima conferencia internacional?.

En cuanto a el sistema de minería a cielo abierto de carbón, justamente el ejemplo de los Montes de los Apalaches, California, es lo que debiera hacernos reflexionar y ponernos en alerta, ya que su sistema de extracción ha sido el mismo que se pretende hacer en Isla Riesco, su ecosistema también es representativo de ambientes ricos en biodiversidad y sus impactos han sido elocuentes en varios temas como los de la erosión de los suelos dada la tala de bosques y arrase del suelo vegetal de grandes extensiones de tierra y la contaminación de sus aguas, todos temas ampliamente estudiados por la Profesora Margaret Palmer, Universidad de Maryland (ver: Palmer et al., 2010. Mountaintop Mining Consequences, Science 327 (5962): 148-149).

Respecto a la calidad del carbón de Isla Riesco, este artículo sólo plantea el bajo poder calórico, en donde uno de los impactos para los lugares de quema es que hay que utilizar más carbón para obtener el mismo poder que el que hoy se obtiene con el carbón que actualmente se está usando en la termoeléctricas de Chile, pero no hace mención alguna a su caldificación como su-bituminoso B y C y al alto potencial de contaminación que tiene dada su composición mineralógica, la interacción con rocas carbonatadas presentes en los mantos de Isla Riesco, y en el basamento que infrayace a las rocas terciarias portadora de los mantos carboníferos, lo que posibilita fuertemente, un enorme impacto en la acidificación de las aguas subterráneas de Isla Riesco y su escurrimiento a cuerpos de aguas superficiales, incluyendo al mar del Seno Otway.

Coincido con que las políticas energéticas de nuestro país (o la falta de ellas), son efectivamente la raíz de nuestros problemas y con que hay que aplicar impuestos a este tipo de combustible altamente contaminante, sin embargo en este punto el análisis debe ser más profundo y tajante, la pobre visión de futuro dada la escasa presencia de fuentes de ERNC tan abundantes en Chile, la no inclusión en la ecuación económica de los costos secundarios asociados a la explotación y uso del carbón (sociales, en salud, afectación medioambiental y el impacto en actividades productivas como el turismo, agricultura y ganadería), el deficiente sistema de evaluación ambiental en donde son privados y NO el Estado el que determina qué proyecto se presenta y dónde se deben instalar, existiendo pocos proyectos rechazados ambientalmente, además la concentración del poder económico y político que permiten un brutal lobby entre los titulares de los proyectos y quienes finalmente deciden su viabilidad, son parte de los temas que con extrema urgencia debemos enfrentar como país.

Hoy la escasa división y poca transparencia de estos temas han generado que el sistema diseñado para hacer frente a estos desafíos, no permitan el análisis real de proyectos altamente complejos previendo la magnitud de impactos en diversas áreas, para finalmente ponderar para quien es realmente beneficioso este tipo de proyectos y porque se apuesta por ellos.

Ante esto, no hay que engañarse, este proyecto existe simplemente porque es un suculento negocio para sus dueños Copec-Ultramar y asociados, el carbón que extraerán es más barato que el que hoy se quema en Chile y por lo tanto, al ser dueños de toda la cadena del negocio (explotación, transporte y quema), extraer y quemar el carbón de Isla Riesco, es simplemente “grito y plata”, 1+1=2

Por otro lado este proyecto en particular SI será responsable de una mayor y más rápida carbonización de la matriz energética, como también, del lento avance de la entrada de grandes proyectos de ERNC a nuestro país, ya que pondrá en el mercado grandes cantidades de carbón a bajo costo, lo que indudablemente estimulará inversiones en esta línea y desincentivará otras.

También coincido con el avance en las normativas que regulan las emisiones de las termoeléctricas, pero acá todavía existen temas fundamentales en terreno de nadie: donde se deben instalar, quien emite el informe de emisiones, quien fiscaliza que el informe es real, los impactos declarados y aceptados son los que se dan en la realidad? etc.

Las termoeléctricas de nuestro país, tienen una historia socio-ambiental desastrosa, los ejemplos de la comuna de Puchuncaví, Valle del Huasco (dos lugares en donde está comprometido el carbón de Isla Riesco, dada la presencia de ASE Gener, en donde Copec y Ultramar son socios), Mejillones, Coronel, etc. lo avalan, los dolos técnico-administrativos y conflictos judiciales suscitados por ejemplo por la termoeléctrica Castilla e Hidroaysén, demuestran que nuestro sistema NO funciona como corresponde, es decir, bajo el amparo sine qua non de la PROBIDAD.

Yendo a las opiniones expresadas en este artículo respecto al proyecto en cuestión, me asaltan preguntas básicas: ¿Cuánto tiempo duró la visita a Mina Invierno que permitiera un análisis exhaustivo, hubo análisis de informes, hubo reuniones con aquellos profesionales que han participado como contraparte del proyecto o conocedores y estudiosos de Isla Riesco? Esto lo consulto, ya que considero que hay errores y falta de información en diversos puntos:

Efectivamente la totalidad de Isla Riesco no es un gran bosque virgen, de hecho sus diversos climas han posibilitado la conformación de varios hábitat: tundra, valles, pampas, bosques, etc. Mas del 50% está habitada por estancias en donde se realizan actividades de ganadería y en mucho menor medida turismo y estas no son pampa desierta y alambres de puas, a diestra y siniestra como lo concita el autor en este y la entrevista realizada por Veo Verde. Ante esto es importante interiorizarse más, visitar las estancias, buscar información y material audiovisual, estudios del lugar etc., y mejor que nada, que cada chileno interesado o curioso visite esta hermosa isla para formase su propia impresión.

La otra parte corresponde a tierra virgen que son parte de la Reserva Forestal Alacalufe en donde se puede encontrar enormes extensiones de bosques de lenga, ñirre, canelos, ciprés de las guaitecas, etc., 20 glaciares (contabilizados hasta el momento), fiordos, lagunas, etc. todos fuentes de una enorme riqueza biológica.

Efectivamente al iniciarse la ganadería se quemaron grandes extensiones de bosques y hoy todavía podemos ver los impactos de ese daño, sin embargo, la capacidad resiliente de la naturaleza ha ido, muy lentamente avanzando a través del nacimiento de árboles renovales, lo que lógicamente no ha sido suficiente como para invisibilizar las malas prácticas que alguna vez se cometieron ahí, sin embargo, hoy los ganaderos bajo el desarrollo y mayor conciencia ambiental y el uso de tecnologías sustentables para pastorear (siembra, protección de renuevos, limpieza de campos, sistema de pastoreo voisin, etc.), quieren, cuidan y protegen sus tierras y lo que ahí vive.

Uno de los temas que es resaltado en el artículo son los invernaderos que Minera Isla Riesco ha construido para responder ante la exigencia de reforestar el lugar intervenido por la actividad minera (1500 hectáreas, de estas 400 de bosque nativo), sin embargo, no se aclara que esta iniciativa no tiene respaldo ni evidencia de éxito en la región.

Diversos proyectos emblemáticos como Trilliun, otrora gran iniciativa de corte forestal que se intentó hacer en Tierra del Fuego, lo demuestran, la que después de 20 años de pelea técnica y judicial terminó por abandonarse, dado el total desastre del plan de reforestación del lugar, entre otros temas. Por lo que la “buena Intención” del sistema de reforestación de Minera Isla Riesco, es hasta hoy sólo eso, sin sustento práctico regional que la respalde.

Sobre la afirmación de que este proyecto puede traer independencia energética para Magallanes, hoy es un sin sentido, ya que el carbón que se extraerá de ahí, va directamente a termoeléctricas del norte de nuestro país y con posibilidad de exportación.

Magallanes usa gas como fuente básica de alimentación y justamente la idea de gasificar el carbón, fue algo que le plateamos como alternativa sustentable a la compañía minera en vez de explotar carbón a cielo abierto, tema que hubiera generado un tremendo aporte a la región, enorme aminoración de impactos ambientales en Isla Riesco y finalmente la percepción de la comunidad de que la empresa quiere desarrollar proyectos que efectivamente demostraran el compromiso social-ambiental en los desafíos que hoy tenemos como sociedad. En este punto, sabemos que hoy los titulares están estudiando la viabilidad económica de esta alternativa, sin embargo esta posibilidad no invalida para nada sus intenciones de explotar carbón a cielo abierto en Isla Riesco.

Sobre el currículum de las empresas Copec y la esperanza que plantea el autor en cuanto a dar la oportunidad de que las cosas se hagan bien y que efectivamente la empresa no contamine ni destruya mas allá de lo que declaró en la evaluación ambiental, tengo una profunda desconfianza al respecto, la que está basada en experiencia empírica y no en mi ánimo aversión. El desastre de los Cisnes todavía es una responsabilidad no aceptada en su totalidad por la empresa, lo demuestra el lavado de imagen que hace poco, se intentó hacer usando al conocido periodista Nuño, tema que finalmente fue una vergüenza nacional. Además hoy diversas comunidades del sur de nuestro país luchan encarnecidamente para visibilizar los impactos ambientales que ellos perciben día a día en el Golfo de Arauco, por lo que difícilmente uno podría plantear que empresas Copec, está generando proyectos impecables y que es un ejemplo a seguir ambientalmente en nuestro país.

Además y yendo específicamente al proceso de evaluación ambiental de Mina Invierno, es vital afirmar que el proceso de evaluación ambiental fue una VERGUENZA, dado el deficiente análisis y las enormes presiones o intervenciones de diversos sectores incluyendo al gobierno en plena evaluación ambiental, en donde nuestros servicios del estado responsables de asegurar la generación de un proyecto por lo menos “aceptable” ambientalmente, apenas participaron, generando pocas y malas observaciones técnicas y dando finalmente una rápida aprobación a una iniciativa que será la mayor embestida minera a carbón a realizar en Chile y que no respondió, omitió o plateó datos errados en los siguientes temas:

  1. Errores en los datos de viento y modelo de dispersión de contaminantes, pieza clave a la hora de determinar el nivel de impacto que se producirá producto de la dispersión en el aire de partículas de carbón y su depositación tanto en el agua como en el suelo.
  2. Ausencia de análisis sobre la calidad del carbón y estructura geológica y geoquímica del lugar a intervenir.
  3. Ausencia de línea base respecto a la fauna, ecosistemas circundantes al proyecto y actividades productivas vecinas.
  4. Infravaloración en la determinación de impactos en los componentes de aire, suelo, agua, flora/fauna y en la ganadería.
  5. Ausencia de línea base e impactos en el camino (a utilizar para el abastecimiento completo de la actividad minera por12 a15 años) y estancias apostadas a su costado.

Esto por nombrar los temas macros más evidentes….

En resumen, el primer proyecto de Minera Isla Riesco, ES UN MAL MAYOR.

Las exigencias sociales y ambientales hacia la actividad minera de nuestro país, la falta de legislación respecto a la calidad de los combustibles fósiles a utilizar en la generación eléctrica, la generación de regulaciones especiales para la gran minería en ecosistemas complejos (alta presencia de lluvia, vientos y biodiversidad) son necesidades urgentes y debieran ser formuladas como parte de lo que hoy se denomina “responsabilidad social empresarial” fuertemente sustentada bajo normas y modelos éticos de fondo.

La aprobación de la primera mina a desarrollarse en Isla Riesco, genera un muy mal precedente para las exigencias ambientales y sociales que se le puedan hacer a los otros proyectos de explotación que se avecinan.

Hay iniciativas mineras que hoy se están desarrollando en Magallanes que pudieran ser un ejemplo de mejor manejo ambiental y que por lo tanto no han suscitado, per se, rechazo entre la comunidad, por lo que para pedir respeto hay que ofrecer y ganarse el respeto.

La afirmación de que Minera Isla Riesco, “ha tratado” de realizar un proyecto de excelencia, es cuestionable y no es garantía de nada, las intenciones son promesas y lamentablemente en estos temas no sirven las promesas, sino los hechos que hoy no han sido sólidos y el ejemplo más evidente de esto, fue el proceso de evaluación ambiental.

Esto SI es Sub Sole y Sub Terra pero del siglo 21, es decir más refinado, menos escandaloso y evidente, pero igualmente nocivo para el lugar de explotación como para donde se quemará el carbón.

Finalmente HOY la complacencia no es el camino y menos tratar de tomar decisiones fundamentales pensando y basados en lo que se cree MAL MENOR.

Ana Stipicic

Grupo Alerta Isla Riesco

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