Los leopardos africanos varían en color según la zona en la que se encuentren, y su pelaje va desde un marrón rojizo o amarillo oscuro a la nata. Tienen manchas negras, o rosetones, que son como un equivalente a las huellas digitales, pues son únicas en cada individuo de la especie.
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Por eso es una sorpresa cuando estas manchas negras son de un tono rosáceo, como las de un ejemplar que vive en la reserva Madikwe, en Sudáfrica.
Una enfermedad genética que afecta la piel, llamada eritrasma, podría ser la causante de esta inusual pigmentación, o al menos eso sospecha Luke Hunter, el presidente de la asociación Panthera, dedicada a la conservación de las diversas especies de felinos.
“Es una condición muy poco usual – no he visto ningún otro caso manifestarse en leopardos” dijo Hunter a National Geographic en una entrevista.
Lo que no se explica es por qué tardaron tanto tiempo en buscar al animal para tomarle una foto, ya que varios turistas que han visitado la reserva lo habían visto con anterioridad y el felino no resulta ser nada tímido, incluso cuando se acercan vehículos al lugar donde está.
Curioso que una rara condición genética haga que un animal se vea más hermoso de lo normal; como es el caso de los animales albinos.
Fuente: “Strawberry” Leopard Discovered—A First (National Geographic)
