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¿Eres una mamá fanática de la higiene? Lee esta bella carta

“Señora: No todas las bacterias somos malas. Yo me llamo Macrofaga, estoy intentando llegar a los pulmones de su bebé y acompañar a su hijo por toda la vida…”

Ayer me quedé hasta tarde haciendo tareas con mi hijo, estaba un poco enojada porque me enteré de que se había sacado malas notas en el colegio. Le dije que me había dado un buen disgusto en el día de la madre. Clemente estaba cansado, empezó a bostezar y sus ojos estaban vidriosos y rojos, fue entonces cuando noté que le estaba exigiendo mucho y dejé que se fuera a acostar. Cuando fui a arroparlo y darle el beso de buenas noches, intento abrazarme. Yo lo detuve porque sus manos y uñas estaban “asquerosas”, su cara estaba pegajosa y pese a sus reclamos lo reté y lo obligué a levantarse para que fuera al baño a lavar su cara, sus manos y sus dientes.”¡Lávate o te vas a enfermar, cochino no más!”

Cuando todos dormían aproveché de planchar un poco de ropa y de lavar una montaña de loza sucia que quedó de la cena. Más tarde, entré a Internet a leer algunas cosas y por una casualidad di con una carta que me hizo replantear mi modo de ser madre.

Muchas veces abusamos de la limpieza para darle lo mejor a nuestros hijos, pero lo cierto es que somos parte del reino animal y no todas las bacterias tienen que ser eliminadas, ya que son parte de nuestras defensas. Cuando terminé la carta fui a la pieza de mi hijo y le di varios besitos mientras le pedía perdón por ser tan enojona, pero no me escuchó porque estaba durmiendo.

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Esta escena la he vivido muchas veces, quien tenga un hijo sabrá entenderme.

Dejo con ustedes la carta…

Carta de unas bacterias a una mamá:

“Señora: No todas las bacterias somos malas. Yo me llamo Macrofago,  estoy intentando llegar a los pulmones de su bebé con la esperanza de multiplicarme ahí y formar una familia de cientos de millones y que va a acompañar a su hijo por toda la vida. Soy hija de las macrofagas de sus pulmones, Nos trasladamos con un beso. Los pulmones de Luisito nos están esperando, ello nos van a cuidar y alimentar con una serie de sales, azucares y encimas especiales que son nuestro deleite. A cambio nos vamos a ocupar de mantener limpios los pulmones, en ellos no hay suciedad, toxina, partícula, moho, bacteria, espora, smog o polvo que no comamos nosotras. Suponga que ve una pared que no se limpia desde que usted nació. Imagine cómo estaría esa pared. Así estarían sus pulmones sin la limpieza de nuestras macrofagas madres. Quizá habría muerto ya.

Hola, me llamo Anquilostomas, soy un parásito capaz de penetrar la piel de los pies, enquistarme los tejidos y viajar por ellos hasta mi destino final que son los intestinos, allí me alimento de sangre. A cambio produzco encimas necesaria para la asimilación del calcio y el potasio, produzco uno de los anticuerpos contra las infecciones y otras enzimas que inhiben la alergia y el asma. Nadie que me cobije tiene de esas dolencias y mi ausencia es asma o alergia seguras. Si usted hace memoria verá que esas enfermedades comienzan siempre seis días después de un tratamiento antiparásitos. Mamá no envenene las tripas de Luisito porque puede matarnos. El parasitismo es un desequilibrio por escasez de bacterias necesarias para la digestión y esa escasez viene de algún antibiótico o conservante. Nuestras esporas van en la leche de madre. De modo que no va a ser necesario que Luisito pise mierda para curarse de eso.

Hola, yo soy una de las saprófitas, una de las cien especies de bacterias que vivimos en la piel. No soy tan fea como las de la propaganda. Estoy encargada de regular la grasitud y la humedad de la piel. Cuando somos pocas aparecen los problemas de sequedad o grasitud, Entonces las personas se ponen cremas, pero ninguna crema es tan natural como la capa protectora que formamos nosotras. La piel nos alimenta con una mezcla de sal, glucosa y una encima que no existe si no en la piel humana, sin ella no podemos vivir. También nos gusta comer esporas de hepatitis, meningitis y toda clase de germen capaz de ingresar al cuerpo enquistándose en la piel y luego en los tejidos hasta llegar a su meta. Esas enfermedades no ingresan si estamos presentes en cantidad suficiente. Si lava a Luisito con jabón envenenado se va a quedar sin defensas.

Mi nombre es Cándida del Ano. Mucho gusto. Las cándidas vivimos en los agujeros del cuerpo humano. También estamos en el tubo digestivo. Somos diferentes y cumplimos funciones distintas según sea el agujero que habitamos. El alimento que nos da el cuerpo también es diferente, no podemos mudarnos de agujero sin causar problemas en el otro, cuando somos pocas en el ombligo, por ejemplo, cualquier bacteria de la piel u otras cándidas pueden causar picazón o cosas peores en el ombligo. Yo por ejemplo, vivo en el ano. Me encargo de limpiarlo y esterilizarlo en menos de un minuto. Si los humanos vivieran sin ropa y defecaran en el suelo yo sola sería suficiente para mantener la limpieza como se observa en los perros y gatos.

No envenenes mamá, si envenenas los platos con detergentes y agua lavandina, por más que enjuagues, puede ir algo en tus alimentos y en los de Luisito, dañando así a la flora intestinal. Además, contaminas ríos y mares matando las bacterias que regeneran el agua y cada vez hay menos agua potable. Si tienes pozo ciego y pozo con bomba no laves los platos con venenos porque la tierra purifica el agua hasta que se mueren las pseudomonas. Entonces se tapa el pozo y aparecen los nitratos en el agua.

Yo soy Saccharomyces cerevisiae, me dicen sacaromise. Soy el microorganismo que más abunda en todas partes. Usted me ha visto en forma de pelitos grises en la fruta. También nos ha visto como polvo pegado a las uvas o a las ciruelas. También nos ha comprado con el nombre de Levadura. Somos la medre del vino, la cerveza, el vinagre. Venimos en la versión psicófila que no soporta temperaturas por en cima de los 20 º C. Son para cervezas y vinos blancos de alta calidad, la versión mesófila que muere a 37 º C, estas son las que le dan el olor característico a la masa del pan, las termófilas que viven entre 37 y 65 º C que dan ese olor del pan en el horno y las hiper termófilas con el olor del pan dorado o tostado. Estamos en esta carta porque también estamos en su intestino grueso. Allí generamos la vitamina K que refuerza las defensas, la Q que aumenta la adhesión a las sustancias útiles y el rechazo a las tóxicas y a los patógenos. Todas las defensas del cuerpo tienen que ver con nosotras. Para algunas necesitamos asociarnos con ciertos microorganismos, para otras con otros. Hay un antibiótico natural que se puede recetar tantas veces como quiera y cada vez es más fuerte. Se llama fiebre y ahí también estamos nosotras.

Quermos pedirle que no coma alimentos ni golosinas envasados, tampoco gaseosas o jugos porque tienen conservantes, edulcorantes, sabor, color y textura artificiales. No tome medicamentos que nos mata y tienen perores conservantes. Si nos matan, al no tener defensas propias va a caer en la dependencia. Ayúdenos a llegar a su intestino. Después de cada comida limpie el plato con pan y cómalo. Todos los que tienen esa fea costumbre no se enferman.

Seguro que usted tiene miedo de las bacterias. Entones le vamos a dar dos claves para que sepa qué hacer. Una es que las enfermedades son por falta o por exceso de bacterias, cualquier bacteria es buena si está en donde debe y en la cantidad adecuada. (piense que el cuerpo es un ecosistema) estafilococo es un habitante natural de las fosas nasales pero si la piel está desierta de sus bacterias se instala en ella el estafilococo y produce impétigo. Con la cara baldía de sus bacterias naturales se instala en ella otra bacteria que vive en los poros Demodex folliculorum esta va a cumplir la misión de las nativas y no va a pasar nada, pero con cualquier variación en el pH se produce una enfermedad llamada rosácea.

La otra clave es que en su cara hay un laboratorio de análisis maravilloso y hecho a su medida, se llama nariz. Las buenas tenemos olor agradable y su nariz no emite ninguna alarma. Las malas huelen mal y su nariz avisa. – No toques. No te acerques. -Los bebes suelen chupar las ventanas, los muebles y llevarse cosas a la boca, no se preocupe que esas bacterias son todas buenas, y las del suelo casi siempre lo son. Si lo ve comiendo caca o tierra déjelo, es que necesita aumentar la población de bacterias en sus tripas. Los venenos que venden para “limpiar” matan a las buenas y las malas. Usted tiene a mano un veneno poderoso y selectivo. Mata las malas en pocas milésimas de segundo y fortalece a las buenas. Se llama “Oxígeno” Nadie hace publicidad de este maravilloso producto, pese a que es más fulminante y el único selectivo.”  Antonio Urdiales Cano.

Fuente: Carta de unas bacterias a una mamá (Permacultura)

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