Debo reconocer que he ido junto a mi padre a ver estas carreras…y que me ha gustado. Muchos pensarán que soy un monstruo por esto, pero la verdad es que estos canes, parecen disfrutar la velocidad, y no se ve que sus dueños los obliguen y les den algún tipo de maltrato para hacerlos correr, en algunos casos a 120 kilómetros por hora.
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Los galgos son perros muy delicados, que reciben un trato especial por sus dueños que los quieren mantener en las mejores condiciones posibles para obtener el mejor desempeño. Pero instrumentalizar a las mascotas, nunca ha sido bien visto por quienes entendemos que son seres vivos que favorablemente, no deben trabajar como nosotros para “ganarse la vida”.
Hay cosas peores, ciertamente , como los circos con animales, los acuarios y sus shows tres veces al día, los peleas, por supuesto ilegales, y los trabajos a tiempo completo en las instituciones de orden público, en donde perros y caballos, se ven expuestos a la violencia y a largas y extenuantes jornadas.
Veo a diario a perros pastores alemanes – no policiales, porque esa es una categorización errada- apostados afuera del Palacio de la Moneda, donde no tienen un recipiente con agua a mano. Siempre me ha quedado la duda de dónde lo tienen, o si simplemente los han adiestrado tan “bien” que se aguantan hasta terminar el turno.
En fin. Este es el video realizado por Atlas Vivo de Chile sobre esta tradición chilena, en donde galgos contagian energía, vitalidad y velocidad:
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