“Era callejero por derecho propio, su filosofía de la libertad, fue ganar la suya sin atar a otros y sobre los otros no pasar jamás.
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Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño, que condicionara su razón de ser, libre como el viento era nuestro perro, libre y de la calle que lo vio nacer”.
Así define al perro vago el compositor Alberto Cortéz, en una de sus más celebres canciones. Si bien el cantante pretende homenajear al mejor amigo del hombre, lo cierto es que el perro callejero (o la mayoría), no vive en la calle pasando hambre y frío por una filosofía de la libertad. Si está ahí es por culpa de la irresponsabilidad de las personas que se despreocupan de su mascota o simplemente los abandonan y las autoridades que poco hacen para esterilizar a las perras de la calle que sufren enormemente los días que dura su celo, cuando son montadas una y otra vez por los cientos de canes que pululan en casi todas las calles del país.
Hoy viernes 27 de julio se conmemora en todo Chile el “día del perro callejero”. Si bien los animales oficiales del escudo de Chile son las especies en extinción, Cóndor y Huemul, los animales más típicos que se pueden a ver a lo largo de todo el país son los perros callejeros o “quiltros” (mestizos) como se les conoce comúnmente.
La cantidad de perros callejeros es tan impactante que es casi imposible que cuando vas a tu casa no te siga uno o dos, o que al menos no te quede un recuerdo en tus zapatos. Los perros vagos aparecen hasta en la televisión, es muy típico que los partidos de fútbol, de hasta los equipos más populares, sean interrumpidos porque un perro entro a perseguir la pelota. También participan en las protestas y pelean contra la policía, enfrentando a los carros lanza aguas y a las bombas lacrimógenas igual que el manifestante más combativo. En las noches los quiltros se toman la ciudad, rompen la basura, persiguen autos y cuando amanece buscan su mejor posición para tomar el sol y dormir por varias horas para capear el hambre.
Hay quiltros callejeros, o incluso algunos de raza, que se lo pasan muy bien: son conocidos por todo el barrio. Allí el carnicero, verdulero, panadero o los vecinos se encargan de alimentarlos. Pero también hay perritos que sufren mucho su condición de calle especialmente los cachorros, si es que logran sobrevivir. Los perros abandonados son los que peor lo pasan, pues sufren el desamor de sus no-amos y por la inexperiencia de vivir en la calle.
Si vas a adquirir un perro recuerda que estos viven muchos años, será tu amigo más fiel y tú le debes lo mismo. Si no puedes adoptar un perro, coopera con los perritos callejeros dándoles comida o dejando pocillos de de agua fresca en las esquinas.
Me llamó mucho la atención, un día que caminaba por Playa Ancha, en Valparaíso, cuando vi unas casetas pequeñas que estaban en varias esquinas y al borde de la calle. Al parecer, los propios vecinos del lugar decidieron construir casas de perros para que la gran cantidad de perros vagos del sector no se mojara con las lluvias. Una idea genial e ideal para realizar en un día como hoy. Lo otro es llevarte un perrito a tu casa o al menos conseguirle una visita al veterinario para caparlo o esterilizar ¡Ayudemos a nuestros queridos quiltros de la calle!
