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Cantos de las ballenas polares, llamados de salvación

A diferencia de la fiebre del aceite de ballena durante los siglos XVIII y XIX, la carrera por explotar combustibles fósiles no sólo amenaza la vida de las ballenas, sino la de todo el planeta.

“¿Debemos morir todas? ¿Debe extinguirse nuestra especie? …” Con estas palabras cierra “Apelación de una Ballena Polar”, un emotivo llamado escrito por el capitán de una embarcación ballenera en 1850 – desde la perspectiva de una ballena de Groenlandia – para detener la masacre de estos inofensivos gigantes en el Ártico. Para aquel entonces las distintas poblaciones de ballenas de Groenlandia ya habían sido drásticamente reducidas por la ballenería comercial que operaba en la zona desde inicios de 1600.

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Una de las mayores poblaciones de esta especie se encontraba en las gélidas aguas del estrecho de Fram, localizado entre Groenlandia y la isla noruega de Spitsbergen. Sin embargo la fiebre por el preciado aceite de ballena, valorado entonces de manera similar al petróleo en nuestros días, llevó rápidamente a estas ballenas al borde de la extinción. Fue tan efectivo el exterminio que dicha población de ballenas de Groenlandia todavía no evidencia signos de recuperación y  se encuentra actualmente clasificada En Peligro Crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Ciento sesenta y dos años después de la publicación de “Apelación de una Ballena Polar” el llamado para adoptar medidas para proteger a las ballenas y su ecosistema marino toma mayor relevancia tras el reciente descubrimiento de un grupo de científicos sobre el sorprendente repertorio y complejidad de cantos producidos por la población de ballenas de Groenlandia en el estrecho de Fram. Según los resultados del estudio, la diversidad de canciones no tiene precedentes en comparación a otras especies de grandes cetáceos, acercándose más a los registros acústicos de varias especies de aves.

Dado que el mayor número de cantos se registró durante el periodo de máxima oscuridad, mayor cantidad de hielo polar y menor temperatura del agua, los investigadores creen que la zona sería un hábitat invernal para la única especie de ballena que vive de manera permanente en las heladas aguas árticas. La información también sugiere que la zona sería un área de reproducción, ya que los cantos – presumiblemente producidos por machos – coinciden con el periodo más alto de la temporada reproductiva de las ballenas de Groenlandia. Eso destaca la necesidad de salvaguardar estas aguas como hábitat crítico para la recuperación de esta población En Peligro Crítico.

A pesar que la caza comercial de ballenas de Groenlandia se encuentra prohibida desde 1931, cientos de estos animales continúan siendo capturados anualmente bajo la caza de subsistencia aborigen, una modalidad de captura que está sufriendo crecientes cuestionamientos debido a que algunas matanzas son utilizadas para vender los productos obtenidos en violación a la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas.

Pero esta no es la única amenaza para las ya diezmadas ballenas de Groenlandia. Así como en 1850 la codicia por la obtención del aceite de estos cetáceos devastó sus poblaciones, el desenfrenado interés por explotar las riquezas petroleras y minerales del ártico – producto del acelerado derretimiento de los hielos polares a causa del cambio climático – constituye un grave peligro para la supervivencia de especies y poblaciones de ballenas que todavía no se recuperan de los impactos de la industria ballenera.

A diferencia de la fiebre del aceite de ballena durante los siglos XVIII y XIX, la carrera por explotar combustibles fósiles no sólo amenaza la vida de las ballenas.  Los peligros e impactos negativos asociados a su extracción, procesamiento, trasporte y combustión están generando cambios acelerados y profundos a escala global, que por primera vez en la historia de la humanidad ponen en riesgo la supervivencia de millones de especies, incluida la nuestra.

En este sombrío escenario, los recientemente descubiertos cantos de las ballenas de Groenlandia parecieran fundirse con “Apelación de la Ballena Polar” en un apremiante llamado a reflexionar sobre la urgente necesidad de proteger ya no sólo a las ballenas sino a todo el ecosistema marino Ártico de la ilimitada codicia humana. Un llamado que debemos hacer nuestro para asegurar también la supervivencia y bienestar de las generaciones futuras.

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