La anatomía de este hermoso felino, le permite dar grandes trancos de 6 o 7 metros de distancia cuando corre a toda velocidad, dada la flexibilidad de su columna. Esto explica porqué es el animal más rápido del mundo.
La National Geographic grabó en el zoológico de Cincinnati a Sarah, una cheetah de 11 años, que demoró apenas 5,95 segundos en avanzar los 100 metros, 40% más rápida que el jamaicano, Usain Bolt que lo hace en 9,58 segundos. Todo un logro si consideramos que cuenta con la estructura humana y no la del ágil guepardo.
Al igual que los galgos, se le estimuló con un juguete el cual persiguió consiguiendo la alucinante rapidez, método certificado por el Consejo Técnico de Atletismo de Estados Unidos.
Vía: BíoBío