Lifestyle

Pedaleando por la calzada

Importantes consejos para comenzar a surcar las calles de forma segura montadas en nuestra bicicleta.

Viviana Albornoz Donoso, Macleta.

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Para el gusto de muchos y el disgusto de unos pocos, cada día somos más las personas que nos movemos en dos ruedas por las calles de Chile. Este aumento de ciclistas, es una realidad que interfiere –inevitablemente- el estatus quo que nuestro sistema social pretende mantener al darle más y más espacio al reino del automóvil.

Últimamente, varios han sido los debates sobre el aumento de ciclistas que se ven en las calles, desde distintos puntos de vista, unos aluden a las vicisitudes de los ciclistas al no tener ciclovías para transitar, como si fuésemos mártires, otros haciéndonos ver como una plaga que interfiere la tranquilidad de los conductores al quitarles su espacio, y muchos etcéteras que han generado entretenidos debates, cosa que nos alegra pues nos pone en el tapete de las discusiones.

En Macleta trabajamos porque sean más las mujeres que se suban a la bicicleta y se bajen de la vereda. Entendemos que el temor es el mayor enemigo de los y las ciclistas que no usan la calzada -sobre todo de los nuevos ciclistas o de quienes hayan tenido malas experiencias o accidentes- como también, la percepción que existe de que el espacio vial es un lugar para suicidas.

Esta sensación de peligrosidad es la que nos interesa trabajar en Macleta, pues la práctica es la base de todo y bajarse de la vereda no implica un acto suicida, sino más bien, es el resultado de un proceso de aprendizaje de la lógica vial. Nos enfocaremos en lo más concreto para entender cómo funciona el tráfico y veremos como evitar algunos accidentes comunes.

Partiremos de la base que las intersecciones son uno de los lugares donde más ocurren accidentes, con o sin ciclovías, en aceras o calzadas, la intersección es un lugar expuesto -además en general, los ciclistas no estamos contemplados en el diseño- pues ahí nos encontramos peatones, ciclistas, automovilistas, transporte público, con nuestras diferencias de velocidades y tamaños, por lo que es un buen lugar para poner a prueba nuestra empatía, en vez de sólo esperar la consideración de los otros.

Una situación común es cuando vamos por una calle con pistas de dos sentidos y queremos doblar a la izquierda. Existen opciones de abordar esta situación:


  1. Vamos hacia la intersección pedaleando por la derecha de nuestra pista. Metros antes de llegar al cruce, podemos cambiarnos a la izquierda de la pista señalizando con nuestro brazo. En el caso de haber autos esperando doblar también a la izquierda, es recomendable ubicarnos delante –o detrás- de ellos en el medio, haciéndonos visibles y obligándolos a no doblar antes que nosotros. Una vez que doblamos, podemos ubicarnos nuevamente más a la derecha de nuestra pista. Es decir, doblaremos de la misma forma que lo hacen los automóviles.


  1. Otra forma de doblar a la izquierda –recurrente en los ciclistas- es cruzar la intersección en paralelo con el cruce peatonal, una vez ahí nos ubicamos en la pista de la calle a la cual queríamos doblar, esperamos –por ejemplo la luz verde- y continuamos nuestro camino siguiendo el flujo vehicular. El asunto de esta forma de doblar a la izquierda, es que requiere que estemos atentos de no usar el espacio del cruce peatonal, por lo que debemos ubicarnos en el “bici box” que será el espacio –demarcado o imaginario- ubicado entre la línea del primer auto y el paso peatonal donde se ubican las bicicletas en las intersecciones.

Es importante ser siempre visibles y ello no dependerá solamente del uso de luces y/o elementos reflectantes, sino también de nuestra actitud al conducir y de la posición que usemos en la calzada. Idealmente debemos utilizar media pista, y de no poder, un tercio de ella será un espacio que permitirá, primero que nos vean y segundo amortiguar elementos que haya en el pavimento, posibles movimientos imprevistos que debamos hacer o bien, la siempre peligrosa apertura de puerta de los autos. Esta última situación se convierte en otro accidente común y el golpe a veces puede ser bastante fuerte. Para ello, no deberíamos pasar a menos de un metro de las puertas de los autos, tanto estacionados como los que están en el taco. Si tenemos suerte se bajará algún pasajero que amortiguará nuestro golpe contra a puerta –como mal menor- si es que no alcanzamos a frenar, por lo que es más seguro calcular un espacio prudente y ahorrarnos este accidente, que es más frecuente de lo que creemos.

Otro accidente posible es cuando vamos por la calzada –muy pegados a la derecha- y un auto nos adelanta para doblar a nuestra derecha. Personalmente, trato de evitar esa situación de antemano, al pedalear lo más al centro de mi pista, dentro de las posibilidades. Así, el automóvil está obligado a cambiar de pista para adelantarme, no pasando pegado a mí.

En el caso de estar en un semáforo en rojo, lo mismo, ubicarse al centro de la pista, adelante del primer auto o atrás, pero siempre al centro, para no quedar en el punto ciego de los autos, que es el espacio ubicado aproximadamente a la altura de las ruedas traseras. Cuando da el verde, tendremos un espacio de amortiguación y seremos más visibles, haciendo que tengan que esperar nuestro paso.

Es común también que aquellos ciclistas que circulan por veredas y algunas ciclovías, se encuentren -cuando van pasando por el paso peatonal- de frente con un auto que viene doblando desde la dirección contraria. En esta situación se reafirma la importancia de ser visibles, ya que no llevar luces -en el caso de pedalear de noche- nos hará invisibles y el auto doblará  intempestivamente. Para ello, lo mejor es fijarnos que no vaya a doblar nadie, aparte de llevar elementos reflectantes, no circular por las veredas pues cuando andamos por ahí somos invisibles y reducir la velocidad, a veces puede ser mejor.

Ocurre también que hay calles de un sentido, pero que tienen ciclovías con doble sentido –por ejemplo la Ciclovía de Antonio Varas en Providencia- ocurre que al ir de norte a sur, encontramos autos a nuestra derecha esperando doblar hacia el norte, no mirando que vienen ciclistas hacia el sur. En estos casos, hay que hacerse visibles si o si, con bocina, con luces –repetitivamente- reduciendo la velocidad, etc. pues el automovilista tiende a mirar que venga un bulto (tamaño automóvil) y no una bicicleta, a veces no mirando el sector donde se ubica la Ciclovía.

Depende de nosotros también, el poder hacer de nuestros pedaleos por la calzada una experiencia segura, estamos convencidas que los conductores motorizados no tienen intensiones de atropellarnos ni chocarnos –aunque exista mucho descuido y poca empatía de parte de algunos- y todo lo que hagamos tiene influencia en el resto, por eso debemos tomar una actitud activa, empoderada y respetuosa cada vez que nos subimos a la bicicleta, dependerá de ello el respecto que tanto deseamos para el ciclista urbano. Toda mejora con la práctica, la confianza para pedalear por la calzada también.

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