Siglo pesado más que pasado. Dos guerras mundiales marcaron su primera mitad dejando severas huellas y una traza inexorable hacia el futuro. Si bien gracias a la investigación se lograron muchos avances científicos de todo tipo en esta época, se generaron residuos que sirven como vestigio del horror que vivieron los habitantes del Tercer Planeta.
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Distintos a los de las centrales nucleares, pero tan y más peligrosos que éstos, los desechos de la industria armamentista en Hanford, en el estado de Washington han sido almacenados de forma mucho más insegura puesto que datan de 1940. Es por esto que las sustancias más peligrosas del planeta se encuentran siendo una constante amenaza que se fuga poco a poco.
No es que se defienda la energía nuclear, pero hay que reconocer que la contención de los desechos es ampliamente superior en el caso de las centrales, frente a la débil y escandalosa de los desechos de la industria armamentista estadounidense, en donde los gobiernos tienen la responsabilidad de limpiar y mitigar el impacto que ya suma sesenta años.
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Plutonio, uranio enriquecido, ácido nítrico y disolventes son los que colman 56 millones de galones equivalentes a 80 piscinas olímpicas llenas de este “brebaje de bruja” como denomina a esta mezcla el profesor de física de Universidad de la Ciudad de Nueva York, Michio Kaku, que se ha transformado en un activista promotor de la energía solar y de la conciencia ecológica con el fin de preservar la vida de las generaciones futuras.
Fuente: Nuclear waste leak in Wash. “scandalous,” expert says (CBS)