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¡El futuro es verde! Si va de la mano de la eficiencia energética

El aporte que podemos hacer desde nuestras casas es de suma importancia para detener el destructivo cambio climático.

La semana pasada (5 de marzo) fue el Día Mundial de la Eficiencia Energética (World Energy Efficiency), que desde el año 1998 busca encontrar más y mejores soluciones al problema energético. Los expertos de varias disciplinas señalan que controlando el derroche de la energía y priorizando las energías limpias el cambio climático podría ser frenado.

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Actualmente no podemos decir que no hay una preocupación sobre el cambio climático y la energía. Varias naciones ya entendieron que las energías limpias o energías renovables no convencionales (ERNC), no solo son mejores para el planeta sino que también son una fuente segura de ingresos si se sabe planificar bien. Además las ERNC van de la mano con el desarrollo y la calidad de vida. Pero para que esto ocurra tienen que haber inversiones, subvenciones, políticas de apoyo y una reorganización de los sistemas energéticos mundiales que están a la cabeza.

En fechas como el Día Mundial de la Eficiencia Energética, líderes de algunos países discuten como mejorar la forma que tienen de obtener energía y cómo acostumbrar a las personas a no derrocharla. El año 2011 la Unión Europea(UE) desarrolló un Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética, que pretende que antes del 2020 la población europea ahorre al menos un 20% del consumo de energía primaria. Hasta ahora el plan ha resultado muy bien, aunque la dependencia de los aparatos electrónicos y de tecnología es cada vez mayor. Esto se compensa con la salida al mercado de electrodomésticos de energía eficiente, el ahorro de agua particular, el aumento de empresas que generan energía a partir de reciclaje de la basura como el gas metano, el aceite, etc.

Solo falta que Latinoamérica, África y Asia se comprometan a crear más ERNC y ahorrar energía, aunque claro en los países más pobres es más difícil pero no imposible si es que hay educación y políticas públicas que enseñen a como sacarle mejor provecho a la energía sin gastar dinero, ni contaminar.

Gran parte de la emisiones y la contaminación del planeta la generan las grandes industrias, refinerías, termoeléctricas, etc. Es difícil para el ciudadano común hacer algo para detener estas megas construcciones y su producción, pero el aporte hormiga, es decir, el de cada uno de los ciudadanos es de suma relevancia. Si todos en nuestras casas reciclamos, apagamos las luces y electrodomésticos que no ocupamos, aprovechamos la luz del sol, sembramos algunos vegetales, cambiamos algunos días el automóvil por la bicicleta y no derrochamos agua. De seguro que detendríamos el cambió climático por muchos años más. Otro gran aporte que podemos hacerle a nuestro planeta es elegir a los políticos con conciencia ambiental, que no quieran talar y explotarlo todo justificando que lo que necesitamos es más dinero y no aire limpio ni agua.

Fuente: La eficiencia energética, clave en la lucha contra el cambio climático (Ambientum)

 

 

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