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No olvides la importancia del sillín

No sólo hay que preocuparse del nivel de aire de las ruedas, de los frenos y protecciones, sino del apoyo básico de todo ciclista: el sillín.

Por Ivana Sicre

Una de las partes más importantes de una bicicleta es también uno de los elementos más ignorados: el sillín. Muchos ciclistas están dispuestos a soportar molestias o cierto dolor antes que buscar otra alternativa para mejorar su nivel de confort, principalmente, por falta de conocimiento sobre la importancia que representa el sillín en la conducción de la bicicleta, y la eficiencia y comodidad que se logra en el pedaleo.

El número de mujeres que toman la bicicleta para la recreación, el deporte o como medio de transporte ha crecido rápidamente en los últimos años, pero muchas de ellas utilizan una bicicleta con un ajuste lejos de su ideal, básicamente, por falta de información.

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Si de elección se trata, es fundamental conocer algunos conceptos básicos asociados al tamaño y altura del sillín, ya que no debe ser considerado como un elemento estándar para cualquier ciclista. Al igual que otras partes de la bicicleta, el sillín debe ser personalizado en función de tu anatomía.

Al utilizar la bicicleta, el cuerpo entra en contacto en 5 puntos: pies, manos y el perineo (zona inferior de la cadera entre el órgano genito-urinario  y la zona del ano). La mayoría de los ciclistas tiene en cuenta elementos de protección para pies y manos, pero no se tiene conocimiento sobre el tipo de protección necesaria para la zona de nuestro cuerpo que hace contacto con el sillín. Si bien existe indumentaria apropiada para el ciclista deportivo, el ciclista urbano (que utiliza la bicicleta como modo de transporte o recreación) tiene que tener otras consideraciones, fijándose más bien en el tipo de sillín que ocupa.

En general, las mujeres suelen tener menor torso, piernas más largas y mayor masa glútea, lo que significa que necesitan sentarse más atrás para apoyar plenamente su peso sobre el sillín. Conjuntamente, por la disposición de los isquiones (ver figura), las mujeres presentan caderas mas anchas que los hombres, por lo que necesitan un sillín más grande, con mayor superficie para conseguir un apoyo adecuado.

Hoy en día, los sillines disponen de zonas acolchadas que distribuye el peso uniformemente a través de los isquiones y una zona recortada (o hundida) donde se apoya el perineo (sillines anatómicos).  También existen sillines con amortiguadores que permiten aliviar las presiones en la zona pélvica, sin embargo los sillines con abertura interior son los ideales. Estos últimos permiten el contacto y apoyo adecuado, ya que la única parte donde se ejerce la fuerte presión (compresión) es la parte que sobresale de los isquiones de la cadera.

Cabe señalar que no se trata de comprar el sillín más caro del mercado, sino más bien preocuparse de buscar, dentro de las posibilidades de cada ciclista, un sillín con tamaño apropiado y con una altura suficiente que evite molestias o lesiones, y que pueda afectar otras partes del cuerpo como espalda, brazos, muñecas y cuello, principalmente. Lo ideal es utilizar un sillín que se adapte correctamente a la anatomía del ciclista y que contenga un amortiguamiento añadido (ya sea acolchado, amortiguadores o incluso un gel de silicona cubre sillín).

Los ajustes y consideraciones principales respecto al sillín son:

Altura: antes de usar la bicicleta se debe regular la altura del sillín de acuerdo al largo de tus piernas. Si el sillín está demasiado alto, esto hace que tengas un movimiento sobre el sillín y que se desplace el peso de lado a lado, lo que podría resultar en una posible irritación de la zona perineal. Además, si se consigue la altura correcta, los brazos tendrán una posición relajada y flexible que permitirá actuar como amortiguadores naturales, y controlar la bicicleta con más agilidad.

Inclinación: si el sillín tiene un mal ángulo de inclinación puede generar ciertas molestias al andar. A veces, grandes baches u hoyos en el pavimento puede causar que el sillín cambie su inclinación y comienza las incomodidades en el pedaleo.

Lo mejor es que el sillín esté lo más horizontal posible, ya que los huesos de apoyo se encuentran estables sobre el sillín y el cuerpo no sufre deslizamientos hacia delante o hacia atrás, consiguiendo de esta forma una presión uniformemente en los isquiones. Cabe señalar que si el sillín está horizontal y no se siente comodidad, se puede ajustar su inclinación muy leve, siempre hacia adelante.

Tipo de superficie: ante la presencia de vías con grande baches, resaltos, hoyos u otro tipo de eventos en la superficie, se debe aliviar la compresión en la zona del perineo para protegerla de posibles lesiones. Para solucionar esto, es recomendable ponerse de pie sobre los pedales al cruzar o atravesar por dichos sectores, usando sus piernas como amortiguadores. Incluso, cuando se pedalean largas distancias es aconsejable pararse brevemente sobre los pedales cada 10 minutos, aproximadamente, para descomprimir la zona sensible y permitir irrigación.

No olvides la importancia que tiene el sillín ya que te permite un correcto apoyo, evita lesiones y podrás desplazarte con mayor comodidad y seguridad!

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