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El hombre que adoptó una mariposa reloaded

Nuevamente se da este espectacular caso de amor y entrega como un regalo de la naturaleza.

Hace dos años pudimos ser testigos de un hermoso caso que a muchos sorprendió por lo excepcional que resultaba. Un hombre adoptaba una mariposa. La cuidaba desde cuando era una oruga, hasta que ésta como mariposa colocaba huevos haciéndolo un abuelo chocho.

No imaginamos nunca que volvería a repetirse. Pero esto sucedió nuevamente y con la misma especie, Polythysana cinerascens, una de las mariposas nocturnas más grandes que hay en Chile.

Gustavo Alvarez nos contactó muy emocionado y feliz por el regalo que la naturaleza le había entregado.  Fue así como nos hicimos amigos de Facebook y comenzó a contarme la hermosa historia del “hombre que adoptó una mariposa reloaded”.

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Todo comenzó a mediados de Septiembre de 2012 cuando encontré  una oruga muy peculiar  en el ciruelo de mi casa, lamentablemente de ellas pocas fotos tengo. Al poco tiempo salió del ciruelo y se hizo un capullo, cerca del portón de mi casa, para protegerla, espere unos días y luego saque el capullo y me lo lleve a mi pieza.

Yo siempre he sido fanático de los insectos y me interesa todo sobre su existencia, entonces me puse a investigar sobre qué especie era. Me encontré con la sorpresa que es una especie muy delicada y que su taza de mortalidad es altísima y lo más importante, que no comen hojas de ciruelo. Dado ésto me alarmé y quise sacar a la oruga de ese ciruelo para que comiera algo ya que había pasado muchas semanas ahí. Lo malo era que ya no se le veía en la mañana y justo había ocurrido un temporal en esa fecha en Viña del Mar, por lo que pensé lo peor.

Con esta oruga pasé un poco más de tiempo. La tenía todo el día. Era muy inquieta, se movía mucho. El caso es que investigué que comía pero raramente no quería comer. En estos momentos de busca de información llegue a un sitio donde había un tipo que le paso una historia muy única con esta especie, también chileno. (Se trataba de Veo Verde y la historia de Fernando Calvo)

Por la información que tenía, en los capullos se puede ver si serán hembras o machos por su tamaño. Los más pequeños son machos, los que también son más coloridos. Por lo tanto el primer capullo en nacer tenía que ser macho, según mis deducciones. Paso el tiempo y llego marzo, el capullo no nacía :C, por lo que creía que por cambios de temperatura se había muerto mi mariposa. Pero el 23 de marzo,y casi 2 semanas de atraso, nació…

Gustavo como cual mamá que guarda el ombligo de su bebé cuando éste lo bota, conservó el capullito que había dejado su mariposa.

El siguiente que paso fue un poco triste. Como sabía de ante mano que estas mariposas nocturnas viven muy poco tiempo, deben encontrar rápidamente a un macho o hembra. Pero la mariposa que presumía macho, tenía un problema. Una de sus alas no nació bien, cualquiera que se el motivo, no le permitió volar nunca muy bien. Para mi tristeza lo único que se me ocurrió fue ir a dejarla a un lugar seguro en mi patio trasero, para que estuviera en la naturaleza. La dejé al otro día de su nacimiento, a las 6:30 de la mañana en mi patio.

Al ver ésto corte la rama donde estaban los 2, para no interrumpirlos. Mientras hacía esto pensaba que tenía a una hembra y que el macho había llegado de quizás dónde con tal poderoso olfato, unos de los olfatos mas poderosos del mundo animal. Cuando saqué la rama y disponía a llevarla a mi pieza, el macho abrió sus alas y me mostró quien era él ¡Quedé impactado con esos colores, en vivo y en directo fue algo chocante!

Pasaron menos de 20 minutos y el macho se fue volando. Olga inmediatamente comenzó a poner los huevos. Pasó una semana y media más o menos y Olga dejó de ponerlos, entonces me dispuse a recolectar mis huevos de pascua con una lupa. Pasé más de una hora recolectando y el conteo final fueron ¡¡117 huevos!! Ahora espero tranquilo la partida de Olga, el nacimiento de la nueva mariposa y la llegada de las orugas 🙂

Quería destacar algo en esta última foto con Olga. Es raro, pero cuando está en un estado como de relajo, así lo veo yo, sus antenas se van para abajo. El otro día estaba súper inquieta en mi pieza, entonces la tomé y me la puse en mi pecho por más de una hora y se queda tranquilita conmigo, es algo peculiar, pero agradable.

Gustavo en este momento espera que eclosione el segundo capullo que encontró. Aun no lo hace y se encuentra ansioso de que así sea. Mientras Olga, lejos de los pronósticos científicos, ya alcanza la edad de dos semanas y aún no deja el Tercer Planeta. ¡Y ya hay un macho que ronda la pieza! ¿Podríamos estar frente a una inédita experiencia de que una mariposa logre aparearse dos veces? Sería maravilloso y un gran trabajo para nuestro amigo que tendrá que encargarse de ¡un par de cientos de mariposas en el futuro!

Es tanta su dedicación que nos cuenta que para que todo salga sin novedad con la descendencia de Olga:  “tengo un termómetro en mi pieza para mantener una temperatura cálida para ellos que es de alrededor de 25°C”

Ojalá todos quienes tenemos la gracia de adoptar un animal, sea cual sea, tengamos una dedicación y cariño tan grande como el que tiene Gustavo. ¡Felicidades!

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