En esta vida todo exceso es malo, incluso de agua. Mientras no se tome muchísima agua de un golpe, el máximo que se debe consumir al día realmente depende de qué tan bien se siente la persona. La famosa regla de los 8 vasos diarios es buena. Si se cumple, al menos mantiene la hidratación, pero no es general y en muchos casos no es la medida adecuada.
Lo cierto es que la cantidad de agua que se debe ingerir al día varía respecto a las circunstancias de cada individuo. Se estima que en promedio, los hombres deben tomar cerca de 3 litros y las mujeres 2.2 litros de agua al día. Aunque estas cantidades tampoco son determinantes. Si se hace ejercicio, se vive en zona muy cálida, si se está en algún determinado tratamiento médico, si se ingiere mucha soda, café o alcohol, el organismo necesitará compensar con una mayor cantidad de agua.
Tomar poca agua al día definitivamente no es beneficioso. La deshidratación causa fatiga y cansancio, limita el trabajo de la mayoría de los órganos del cuerpo. El agua ayuda en el proceso digestivo, generalmente hace que se sienta menos hambre. Mantiene sana la piel y colabora al correcto funcionamiento de los riñones; en resumidas cuentas, nos mantiene vivos.
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El agua es el constituyente más abundante de nuestro organismo, siempre que no estemos en déficit, seremos en general más sanos. Lo que mucha gente no toma en cuenta es que mientras más agua consumimos somos menos propensos a enfermarnos, independientemente de los hábitos alimenticios de cada quién, que corresponden con la otra parte nutricional del cuerpo.
El consejo es tener siempre a la mano un termo/botella/envase reutilizable de agua, llenarlo cada vez que se va a salir de casa y recargarlo donde se pueda. Esta práctica no sólo es más económica, sino que al no gastar en en botellas plásticas de agua, evitamos generar basura realmente innecesaria. Principio de la “Reutilización” de las 3R’s. ¡Salud!
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