La homosexualidad fue considerada por un gran tiempo como “enfermedad mental”. Es así como las conductas humanas que rompen con el status quo, son definidas como anómalas las cuales hay que combatir fijando el retorno hacia la “salud”, un ideal que más pareciera ser fijado por la moral occidental, que por cánones científicos.
PUBLICIDAD
El año pasado le tocó el turno a los vegetarianos, o por lo menos ese rumor se divulgó públicamente bajo la premisa de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) integró a la lista de Enfermedades Mentales al vegetarianismo, específicamente en el grupo F 63.8, que incluye trastornos de hábitos e impulsos.
Sin embargo hay que reconocer que los vegetarianos han sido incomprendidos desde la antigüedad, cuando filósofos de la antigua Grecia como Pitágoras y Plutarco, ya hablaban del tema ético de comer carne y de la “abstinencia”. Aun de toda el agua bajo el puente, de la terrorífica industria animal, de la certeza científica de que tienen conciencia todos los mamíferos, aves y otras criaturas, incluyendo pulpos, se les mira como “freak” a los vegetarianos.
El escozor social que provocan los vegetarianos, los ha hecho víctimas del bullying. Solo basta recordar la “cruzada en contra la moral vegetariana” la cual consiste en patrocinar a un vegetariano. ¿Cómo? Por todas las veces que un vegetariano deja de comer carne, los patrocinadores deben comer 3 porciones de carne, invirtiendo en ello todo el sentimiento de culpa que durante años han tratado de hacernos sentir. De esta forma, se anula el beneficio que los vegetarianos buscan evitando comer carne. Demasiada falta de respeto para una decisión consciente y que define un estilo de vida cargado de sentido.
Te recomiendo leer los mejores 15 post sobre vegetarianismo, para que continúes profundizando.
