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41% de los viajes en automóvil recorre menos de 5 km en Santiago de Chile

22% de los viajes en Santiago de Chile se realizan en automóvil. Estos datos dejan en claro lo poco eficiente que resulta andar en auto en esta ciudad. Es necesario y urgente un cambio en la planificación del transporte, para hacerlo más eficiente y aumentar nuestra calidad de vida.

Si miramos a los santiaguinos desde las cifras, un 40% de ellos se transportan de manera activa: un 37% caminando y un 3% en bicicletas. Mientras un 33% lo hace en metro, buses interurbanos o Transantiago, es decir, más de un 70% del transporte de los capitalinos es sustentable. Sin embargo, existe la sensación que la planificación urbana está mal diseñada y que los autos son los dueños de la ciudad.

Los peatones se sienten inseguros, la congestión del metro en las horas punta es abrumadora, el Transantiago aún tiene falencias en la frecuencia, los ciclistas no tienen suficientes ciclovías y la contaminación atmosférica y acústica genera una mala calidad de vida. Si a esto le sumamos los niveles de sedentarismo y obesidad, que llegan a un 25% en las mujeres chilenas y un 19% en hombres. Al igual que los trastornos depresivos, los que alcanzan un 22% de la población adulta, la cual admite haber sentido más de algún síntoma, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Una iniciativa que han implementado muchos países desarrollados es la integración de la bicicleta a los otros medios de transporte. Es decir, crear circuitos y la implementación necesaria para evitar colapsar un medio de transporte, como el metro por ejemplo y evitar usar de manera innecesaria los automóviles.  Innovaciones como bicitaxis, creaciones de estacionamientos públicos y seguros, vías exclusivas y circuitos interconectados de bicicletas, desincentivan el uso del automóvil. Además del necesario equipamiento de parrillas para los buses o micros para poder trasladar bicicletas y permitir su ingreso en el metro, en horarios valle.

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Si estas prácticas existen en otros países, ¿por qué Chile no las ha aplicado? Existe una deuda de política pública en materia de planificación urbana, falta integrar miradas y crear por ejemplo un plan moderno de transporte contando con la perspectiva del Ministerios de Obras Públicas, Ministerio de Salud y Ministerio de Educación y por supuesto del Ministerio de Transportes. Además de empoderar el rol de los municipios y a la ciudadanía, dotando de poder a las organizaciones de la sociedad civil, entregando por ejemplo fondos para realizar campañas educativas tanto para los cliclistas como para los conductores.

Si bien el gobierno regional tiene contemplado construir 400 kilómetros más de ciclovías que estarían listas el 2022, completando los 800 kilómetros en Santiago, es urgente que los distintos actores conversen. No es suficiente suplir las demandas de los ciclistas que abogan por más y mejores ciclovías, hay que pensar en construir una ciudad integrada y equitativa para todos los ciudadanos.

El evitar el uso del automóvil, implica abaratar costos, reducir la contaminación, utilizar mejor el espacio público y compartir más instancias en comunidad. Por su parte, potenciar el uso de la bicicleta, favorece la salud. Considerando que diez minutos repercuten en la musculatura, articulaciones y riego sanguíneo, a partir de los 30 minutos se mejoran las funciones del corazón y desde los 50 minutos se estimula el metabolismo graso. Además de generar endorfinas y estados anímicos positivos.

Crear las condiciones para que los ciudadanos tengan una mejor calidad de vida es un deber no sólo del gobierno de turno, sino de la sociedad completa. Fomentar políticas públicas para construir un sistema de transporte urbano amistoso, limpio, sano y eficiente tendrá como efecto un aumento en el bienestar y cuidado de los ciudadanos.

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