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Impuesto al refresco para bebederos, el anuncio que nadie quiere transmitir

En México, Televisa y TV Azteca negaron su espacio a un anuncio que busca el apoyo al impuesto para combatir la obesidad.

Organizaciones no gubernamentales, preocupadas por la salud de los mexicanos, realizaron un anuncio que señala los beneficios de un impuesto a los refrescos. Propone que, con el dinero recaudado, se colocarán bebederos en escuelas  y espacios públicos, además de combatir los terribles problemas relacionados con la obesidad que enfrenta el país. Este anuncio fue censurado por las televisoras.

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Desde el 21 de agosto, la Alianza por la Salud Alimentaria contactó a Televisa y TV Azteca, principales televisoras del país, para la transmisión del anuncio titulado “Impuesto a los refrescos para bebederos en las escuelas”. Televisa ni siquiera se tomó el tiempo de responder a la solicitud. En el caso de TV Azteca, se le dio seguimiento para llegar a un “no tenemos disponibilidad de horarios”.

El anuncio  realizado por la Alianza tiene como obstáculo a la industria refresquera. Esos quienes pagan comerciales y hacen patrocinios para tener una mención en determinado programa de televisión con altos niveles de audiencia. Esos que inundan la televisión con publicidad de refrescos y bebidas azucaradas que afectan directamente nuestra salud.

“Impuesto a los refrescos para bebederos en las escuelas” habla sobre los daños que produce un alto consumo de refresco y los problemas de salud que esto acarrea. Fue producido antes de darse a conocer la Reforma Fiscal, siguiendo las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, entre otras.

El mismo Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha alertado sobre los efectos del refresco, especialmente entre los niños. Ahora es más común encontrar menores con obesidad, que sufren enfermedades crónicas de adulto a temprana edad. Algo que afecta directamente en su desarrollo, en el desempeño académico y que les dejará huella de por vida.

Esta no es la primera vez que la Alianza enfrenta trabas para informar a los mexicanos. Lo mismo pasó con “Fue la obesidad, después la diabetes”, campaña destinada a espacios espectaculares —la empresa Vendor-CBS expresó que no quería afectar a la industria refresquera—. Después ocurrió  en mayo con “12 cucharadas de azúcar”, campaña destinada a los parabuses; ya con presupuesto e impresión de anuncios, la empresa se echó para atrás.

Por desgracia el sistema impide que estas campañas lleguen a la media de los mexicanos. Son muchos los intereses que impiden que el mensaje llegue de forma correcta. Entonces, ¿cuál sería la alternativa? Por desgracia la dependencia al refresco es un problema de falta de información. Ni un anuncio, ni un impuesto podría contra esa obsesión del mexicano con el refresco; el que quiere refresco, lo paga.

La Alianza debería enfocarse a alternativas para hacer llegar el mensaje, que realmente enfrente el problema de raíz: la gente cree que el refresco da energía. Más que señalar al malvado del cuento, se deben ofrecer soluciones: buscar cambios de hábitos, dar a conocer que un licuado verde es un mejor estimulante que un refresco, que una bebida energizante o hasta el mismo café. Mientras tanto, demos espacio al anuncio que nadie quiere transmitir. 

Fuente: Sin Embargo

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