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El pueblo maya en resistencia

Así transcurrió el primer día de la preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos en Maní, Yucatán (México).

La primera jornada de la Preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos daría inicio a las 8 de la mañana del sábado 9 de noviembre, en la Escuela de Agricultura Orgánica Ecológica U Yits Ka’an, ubicada en Maní, en el Estado de Yucatán, México.

A partir de entonces y hasta las 10 de la mañana, grupos de personas llegaban al lugar. Jóvenes universitarios que ayudarían en la organización del evento; representantes de distintos ejidos de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo; miembros de organizaciones civiles en defensa de los derechos humanos y del medio ambiente; los dictaminadores; periodistas; activistas; familias; y hasta algunas personas que simplemente querían conocer de qué se trataba todo eso.

A las 10 en punto dio inicio la jornada con una oración de doña Tina, teóloga maya de Guatemala y una de las dictaminadoras de la preaudiencia. Después se dio una breve explicación del origen del TPP y los temas a tratar durante el fin de semana. También se presentaron los dictaminadores, procedentes de distintos lugares de México y de Latinoamérica. Todos ellos con una gran trayectoria en los temas relacionados con los pueblos indígenas, territorio, semillas y transgénicos: Ernestina López Bac, Raúl Lugo Rodríguez, Sylvia Marcos, Carlos Vicente, Andrés Carrasco, Luis Macas y Sara López González.

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“El Estado México es responsable de la aplicación de políticas públicas que buscan exterminar al pueblo maya”, fue la denuncia principal. Y es que aunque las problemáticas que se expondrían a continuación fueran diferentes, todas tenían las mismas consecuencias: el despojo de los territorios, recursos naturales, costumbres, tradiciones y forma de vida de las comunidades mayas de la Península de Yucatán.

Las denuncias

Durante el resto del día, se expusieron los diferentes casos. Una gran parte de ellos se centró en cómo los gobiernos locales y federales están sirviendo como intermediarios para facilitar la venta de tierras ejidales y comunales a inversionistas extranjeros, a un bajo costo y permitiendo la devastación de los recursos naturales.

En otros casos más graves, están permitiendo que se expulse de forma violenta a las familias de sus tierras, que en muchos casos se trata de su único patrimonio. También se expuso sobre el controversial proyecto Dragon Mart a realizarse en el destino turístico de Cancún, Quintana Roo.

Pero el tema que sin duda destacó el tema fue en relación a la introducción de soya transgénica en la región. Agricultores y apicultoras de Campeche expusieron sobre cómo en sus ejidos ya se encontraron rastros de contaminación por soya transgénica, a pesar de que el gobierno se había comprometido a no autorizar su siembra.

Reafirmaron que ellos están en contra de este tipo de siembras por atentar contra las formas tradicionales de agricultura, por poner el peligro la biodiversidad, por la apropiación de las semillas por unas cuantas empresas, y por el uso intensivo de agrotóxicos que implican. También narraron las diferentes acciones jurídicas y políticas que han tomado para tratar de frenar estas siembras, así como la constante actitud de indiferencia de las autoridades ante sus exigencias.

Otras voces se sumaron en esta firme oposición a los transgénicos. Campesinos municipio de Bacalar, del estado de Quintana Roo compartieron su sospecha sobre la posible distribución de semillas genéticamente modificada en la zona y su búsqueda por declarar a sus ejidos como libre de transgénicos, es decir, que en sus comunidades no se permita la siembra de semilla transgénica alguna.

Por su parte, Andrés Carrasco expuso sobre los efectos del glifosato – herbicida utilizado en el paquete tecnológico para la siembra de soya transgénica – sobre la salud humana. También se solidarizó con la lucha de los pueblos mayas. Finalmente, Carlos Vicente habló sobre la introducción de soya transgénica en Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, y cómo se inició el proyecto de la “República Unida de la Soja” en dichos países.

El día terminó con una cena con tamales -un platillo tradicional mexicano-, bailes tradicionales, música, convivencia, risas y nuevas redes de resistencia y apoyo a las comunidades mayas.

Fuente: Ximena Ramos / Cobertura para Veo Verde en el Tribunal Permanente de los Pueblos, Yucatán, México.

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