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Robo de material radiactivo pone en alerta a México

Un asalto a un vehículo podría tener consecuencias funestas para los expuestos al material radiactivo.

Un atraco cualquiera podría convertirse en una tragedia en México. Todo comenzó la mañana del miércoles 4 de diciembre, cuando una camioneta que transportaba equipo médico con material radiactivo fue asaltada. El vehículo procedía de la ciudad fronteriza de Tijuana, en el norte del país, y se dirigía al Centro de Almacenamiento de Desechos Radiactivos, ubicado en Maquixco, Estado de México.

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Al enterarse del robo, la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias emitió una alerta a las instancias nacionales e internacionales. La Procuraduría General de la República halló horas más tarde la camioneta en la población de Temascalapa, en Hidalgo; ahí descubrieron que la fuente radiactiva de cobalto 60 había sido retirada de su contenedor.

El material radiactivo fue encontrado en Hueypoxtla, Estado de México. Los vecinos dijeron que la carga había sido abandonada en el cerro por personas desconocidas y que una familia trasladó el objeto a su casa con la finalidad de fundirlo o venderlo como fierro viejo. Al darse cuenta de la naturaleza de su hallazgo, llamaron a las autoridades.

Las personas que tuvieron contacto directo con el cobalto 60 -los ladrones, los vecinos, la familia que lo recogió- podrían desarrollar graves problemas de salud por la radiación. Las autoridades descartan momentáneamente riesgo ambiental, aunque mantienen un cerco de un kilómetro en el área que se halló el cargamento. La exposición a la radiación gamma generada por el cobalto 60 puede causar cáncer.

Antecedentes mortales

El periodista Pascal Beltrán del Río recuerda un incidente en México en el que el mal manejo de residuos radiactivos resultó en víctimas mortales. Los desechos terminaron en la fundición de varilla, que llegó a ser detectada en 15 estados del país.

El peor caso fue en Chihuahua, donde estos materiales fueron usados para la construcción en Ciudad Juárez, como el centro comercial Plaza Juárez, así como complejos habitacionales del Infonavit.

Un reporte reveló que hasta 17 mil construcciones podrían estar contaminadas. Se demolieron cerca de un millón y sus desechos fueron transportados al cementerio de Maquixco -lugar al que se dirigía la carga de Tijuana-.

Así mismo, otro incidente importante es el accidente radiológico de Goiânia, acontecido en septiembre de 1987 en esta población de Brasil. Igual que en México, inició con el robo de material médico -en esta ocasión, de un hospital abandonado- de un dedal radiactivo de cloruro de cesio. Dos hombres sacaron un aparato de teleterapia del Instituto Goiano de Radioterapia (IGR) y lo llevaron a su casa. Extrajeron el material de la cápsula de protección; la exposición les provocó náuseas, pero lo atribuyeron a otra cosa.

Finalmente, los hombres lograron romper la ventana de iridio de la cápsula, por lo que emitió una luz azul, producto de la absorción de humedad por parte de la fuente. Días después, vendieron el material a una chatarrería; Devair Alves Ferreira, el propietario, notó la luz azul y llamó a sus vecinos para que la vieran. Mucha gente estuvo en contacto con el polvo -el cloruro de cesio es una sal-, esparciéndolo por la ciudad. La hija de Devair, incluso, lo untó en su cuerpo, fascinada por el brillo.

Gabriela María Ferreira, la esposa de Devair se dio cuenta del peligro y alertó a las autoridades, al darse cuenta que la gente que había estado en contacto empezaba a desarrollar malestares. Dos semanas después, Gabriela llevó la fuente radiactiva en un autobús a un hospital, envuelta en una bolsa de plástico, donde un físico determinó la peligrosidad. Gabriela murió un mes después.

El resultado fue la muerte de 4 personas y la descontaminación de áreas civiles. A los médicos encargados de mantener el aparato de radioterapia se les juzgó por homicidio por negligencia. Las autoridades brasileñas se percataron de la necesidad de inventariar las fuentes de radiación y del extremo cuidado que se requiere en el manejo de los residuos.

Preguntas al aire

Sobre el caso mexicano, Beltrán del Río destaca que el incidente debería alertar sobre muchas cuestiones, como quién se responsabiliza del traslado y manejo de residuos. En este caso, el móvil del asalto fue presuntamente robar la camioneta, pero como señala el periodista, “llama la atención que, con los antecedentes, no se haya colocado un dispositivo GPS en el vehículo o la carga.”

Igualmente, pone el dedo sobre el depósito de desechos radiactivos de Maquixco y la seguridad que tiene. “Hace años que pobladores del lugar denuncian efectos adversos a su salud, que pudieran tener que ver con el cementerio nuclear, cuya existencia ya casi llega a tres décadas”, señala Beltrán.

Este incidente debe marcar una reflexión para las instancias correspondientes sobre la disposición de estos residuos. Que este robo (y lamentablemente, las víctimas de esta desafortunada situación) sirvan como reflexión y muevan a la acción a los responsables.

Fuente: Hallan en Edomex cobalto 60 junto a camión robado (Excélsior)

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