Caminar, en México, en algún punto perdió su significado inicial. Hoy caminamos cuando no nos queda de otra y lo hacemos con prisa por llegar a algún otro punto y utilizando transporte público -parcialmente- que no siempre es eficiente.
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Sin embargo, nuestras ciudades no siempre fueron estos lugares caóticos con crecimiento exponencial de autos (el crecimiento de la tasa de motorización actual en México es de 6.32% anual, mayor al crecimiento de la tasa de demográfica de 2.41%). Las estimaciones señalan que si esta tendencia continúa hacia 2030 podría tenerse una flota vehicular de 70 millones de vehículos).
Alguna vez, los autos ni siquiera existían. El barrio y la ciudad convivían en armonía con las personas, ya que estaban hechos a escala humana. Se caminaba de un punto a otro y teníamos en el barrio toda clase de cosas necesarias para vivir: panadería, doctor, escuela, tiendita… Basta con buscar las calles más viejas de cualquier ciudad: las banquetas eran más anchas.
Con la llegada del automóvil esto cambió. Hoy la mancha urbana crece imparable, nos estamos acostumbrados a la vivienda vertical (que aumentaría la densidad y reduciría distancias, colocando mayor cantidad de personas en menor espacio), nuestras autoridades no preveen en la planeación el crecimiento de las zonas urbanas y hemos optado desde hace décadas por darle prioridad al automóvil.
Muchos podrán decir que es un invento tecnológico y que mejoró nuestra calidad de vida pero… ¿en realidad mejoró nuestra calidad de vida? ¿Somos más felices y sanos ahora? Está ya sucediendo en muchas ciudades mexicanas. ¿Queremos y aspiramos a ser ciudades como el DF donde la resolución de problemas de movilidad es un tema complejísimo? ¿No será que estamos aún a tiempo de planear y prevenir?
La existencia de colectivos a favor de la bicicleta desde hace algunos años puso sobre la mesa temas de movilidad. Hoy, estos colectivos se encuentran agrupados en BiciRed y trabajan ya coordinadamente en diversas ciudades mexicanas.
Es un trabajo por el que los ciudadanos no reciben un peso, activismo ciudadano en su más pura forma: percatándose de los diversos problemas en movilidad en sus ciudades, involucrándose desde bajar del coche y usar la bici como su medio de transporte, organizarse en colectivos y realizar diversas actividades “rodando” y generando participación que incida en políticas públicas que mejoren las ciudades en las que vivimos, desde la calle.
Para el peatón, sin embargo, es otro cuento. A pesar de que según la pirámide de movilidad, el peatón es el más importante , (dicha pirámide “prioriza los medios de transporte que promueven la equidad, el beneficio social y dañan menos al medio ambiente”), poco se ha destinado para él en cuestión de infraestructura y presupuesto (alrededor del 3% de los fondos federales destinados al transporte van para infraestructura peatonal y ciclista).
Peor aún, al pensar en el peatón siempre usamos adjetivos como tonto, flojo, irrespetuoso. Lo vemos en el discurso de los medios cuando hay atropellamientos, en el discurso oficial y sus recomendaciones (“Peatón, valora tu vida y usa el puente y la banqueta”, en vez de un “automovilista, cuida al peatón, porque peatones somos todos”); entre nosotros siempre menospreciamos al peatón, e incluso como peatones somos los primeros en decir que otros peatones son tontos y flojos y dejamos pasar siempre a la máquina.
Es toda una serie de hechos complejísimos que van de la mano con nuestra idea del peatón: la idea norteamericana de que desarrollo significa autos y grandes distribuidores viales. Nuestro pensamiento en el que poseer auto nos pone por encima del que no lo tiene, encima del que camina y es “pobre”.
La idea de que somos “alguien” una vez que tenemos el dinero suficiente en nuestro primer empleo para comprar un coche recién salidito de la agencia: lo presumimos y nos tomamos la foto “pal’ feis”, las chicas que prefieren al novio con coche que al que no lo tiene… toda una serie de concepciones que nos han llevado a la realidad que vivimos y que se traduce en un montón de números y estadísticas que padecemos todos (tengamos o no automóvil, contando con que el 70% de los mexicanos NO tiene auto): accidentes automovilísticos como la cuarta causa de muerte en el país, tráfico, ruido, pérdida de tiempo, estrés, daños a la salud, falta de espacio público, cambio climático, el subsidio a la gasolina…
Se construyen segundos pisos, puentes peatonales, distribuidores viales y nada parece solucionar los problemas de tráfico que vivimos en las ciudades. Quizá se deba a que lo que se genera no es “solucionar” sino demanda inducida:
Más infraestructura para coche + costo barato de usar el coche + facilidad para usar el coche = más coches.
Explicado en video:
Entonces… podemos deducir que las soluciones no están en más y más segundos y terceros pisos, ¿verdad? Hay mucha gente en México que dice “pues ni modo, así es la cosa y se aguantan” o que vive en esta concepción sin pensar realidades más allá de ésta. Las hay. ¿A poco creen que somos el único país con esta problemática? ¿O que en muchas ciudades que hoy han solucionado, en su momento no le dieron también preferencia al auto? El Berlín de los 90, o el Barrio del Pijp en Amsterdam rescatado por activismo infantil en los 70 o los cambios que ha sufrido Nueva York en los últimos años, el Bogotá de Antanas Mockus y Enrique Peñalosa
Sí, nuestra dinámica es muy diferente. Sí, cada una de nuestras ciudades mexicanas tiene características muy distintas. Sí, la población de algunas zonas metropolitanas supera por mucho la de algunas capitales europeas… Bla bla bla. Excusas hay muchas, lo cierto es que ninguna de ellas es una excusa lo suficientemente poderosa para detenernos de luchar por mejores ciudades para vivir y de buscar soluciones a nuestros problemas de movilidad.
Urge cambiar el paradigma del auto y el pensamiento que tenemos sobre el peatón: que le exigimos saber y hacer. “Yo siempre le doy el paso al peatón, pero es que él no respeta nunca, se cruzan por donde se les da la gana” y ni siquiera tiene la infraestructura: banquetas inexistentes, angostas, invadidas, con bordos de difícil tránsito, que no son accesibles; cebras despintadas o inexistentes, puentes peatonales que son infraestructura vehicular disfrazada, calles que no son seguras porque siempre corre el riesgo de morir atropellado…
¿Quién está trabajando y abogando por infraestructura peatonal? Participación ciudadana, organizaciones barriales, colectividad, incidir en políticas públicas, reducción del uso del automóvil, presionar por presupuestos de movilidad más justos, usar medios de transporte alternos, voluntad política… Un montón de soluciones.
Es bajo todo este contexto que comienzan a generarse movimientos peatonales en México. Al día de hoy existen diversos colectivos pro peatón en todo el país que empezamos a agruparnos en la Liga Peatonal MX a finales de 2013, un trabajo que va de a poco, con miras a un primer Foro Nacional Peatonal a mediados o finales de 2014, que por ahora sólo compartimos porras, experiencias, ideas y links de interés. Está chingón saber que hay más gente como uno allá afuera. El peatón se hace visible. Soñamos con ciudades más humanas, con caminar como medio de transporte y de recreación, caminar nuestros barrios y ciudades para verlos de manera distinta, de exigir mejoras en infraestructura, de generar conciencia y de incidir en política pública. Hoy ésta es nuestra solución y buscamos más ciudadanos para emprender esta lucha (desde ser peatón o cualquier otro frente).
Cambiar nuestras ciudades sí es posible. Y se los vamos a comprobar.
Te dejo algunos colectivos peatonales y/o activistas en México (algunos ya dentro de la Liga Peatonal Mx):
- La banqueta se respeta – Monterrey, Nuevo León
- Camina Barrio – Guadalajara, Jalisco
- Peatonito – Distrito Federal
- Peatones unidos – Naucalpan, Estado de México
- Todos Somos Peatón – Pachuca, Hidalgo
- Todxs somos Peatones Ciudad Juárez, Chihuahua
- Camina Haz Ciudad – Distrito Federal
- Moreleando – Torreón, Coahuila
- Peatones Primero – Distrito Federal
- Mejor Santa Tere – Guadalajara, Jalisco
- Ciudad para Todos – Distrito Federal
- Pedestre – Distrito Federal
- Banqueta Libre – Jalisco
- Todxs Somos peatones – Mérida, Yucatán
- A Pata – Puebla