El cambio climático no solo afecta al nivel de las aguas, o al derretimiento de los hielos, si no que también está ayudando a la propagación de parásitos en lugares que nunca antes existieron.
Investigadores de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, descubrieron que el peligroso parásito cerebral toxoplasma gondii está presente en belugas del Ártico, animales en los cuales, debido a las bajas temperaturas ambientales, este parásito no podía vivir.
“Lo que estamos encontrando con los cambios en curso en el Ártico es que estamos llegando a nuevos patógenos emergentes capaces de traer a la región enfermedades nunca registradas allí”, señaló el parasitólogo molecular Michael Grigg.
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Generalmente, el toxoplasma gondii se haya en las latitudes más bajas, y mucha gente lo tiene sin efectos nocivos. Sin embargo, sí es un peligro para las mujeres embarazadas, ya que puede significar la muerte del bebé, o puede desarrollar afecciones graves del sistema nervioso central o hidrocefalia. También afecta a los gatos y personas con sistemas inmunológicos débiles.
Este parásito se encontraba en mamíferos terrestres de la región, pero su aparición en los océanos es algo preocupante, ya que es un misterio cómo el parásito logró infectar a las ballenas, aunque la hipótesis principal gira en torno a la llegada al Ártico de los gatos domésticos.
Fuente: Peligroso parásito cerebral ha encontrado su camino al Ártico