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Cómo una granja urbana ayuda al aprendizaje interdisciplinario

Un estudiante de preparatoria logra convertir el invernadero de su escuela en un sistema de acuaponia, integrando desde matemáticas hasta economía.

Con el paso de los años, la industria ha alejado a las nuevas generaciones del origen de sus alimentos. En países como Estados Unidos, niños y jóvenes aprenden sobre el proceso de cultivo en libros de Ciencias Naturales; sin estar en contacto con una plántula, sin darle los cuidados indicados  hasta su cosecha. Afortunadamente, justo en estas escuelas, algún estudiante tiene una brillante idea que ofrece un mayor beneficio a la comunidad.

Para Pierre Beauchamp, estudiante de Del Oro High School en California, todo comenzó con la jardinería, pasión que comparte con su madre. Ambos querían un invernadero y, después de revisar alternativas, decidieron asistir a un curso sobre cultivos hidropónicos. Pierre quedó fascinado. Tanto que diseñó y construyó su propio sistema hidropónico casero, en el cual invirtió todos sus ahorros.

En esta primera etapa, Pierre logró cultivar lo suficiente para su familia y vecinos. Comenzó a compartir su experiencia, demostró que el sistema funciona e, incluso, hasta ayudó a que otras personas comenzaran su camino en estas formas de cultivo urbano.

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En su constante búsqueda de información descubrió la acuaponia — sistema sustentable de producción que combina la crianza de peces y el cultivo de plantas —, la cual adaptó a su diseño original con solo pequeños ajustes.

Pero este caso de éxito no termina aquí: con una propuesta en mano, Pierre convenció a los directivos de su escuela para renovar el invernadero e implementar este sistema de producción, mismo que ahora provee de vegetales frescos a la cafetería — algo que no todas escuelas de Estados Unidos consiguen.

El desarrollo de esta granja urbana sólo fue posible gracias al interés de un jovencito, que tomó conciencia sobre el origen de los alimentos e implementó distintas disciplinas — matemáticas, biología, economía, ciencias agrícolas y entre otras — para lograr su objetivo. Un gran ejemplo que se puede replicar en cualquier escuela que busque reconectar a sus alumnos con el origen de los alimentos, por un futuro más verde.

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