En la provincia de Arica, en el norte de Chile, una pequeña comunidad llamada Esquiña ha hecho un cambio radical en su forma de obtener energía eléctrica: pasó de tener un generador diesel (que solo le proporcionaba electricidad durante dos horas diarias), a tener una planta fotovoltaica, que les permite tener energía gratis y sustentable.
“Les cambió la vida totalmente. La gente típica que se va de los pueblos por no tener los recursos básicos que para nosotros son cotidianos y ellos no tienen, pasaron de tener dos horas de luz a luz completa”, dijo Pablo Cárdenas, gerente general de Nazca Energías Verdes, empresa a cargo del proyecto.
Este proyecto de energía, que beneficia a las 23 casas del pueblo se suma además a un proyecto de internet satelital que Esquiña se había adjudicado previamente.
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El gestor de patrimonio de Camarones, Francisco Isla, adelantó que ya se han presentado nuevos proyectos para otras localidades similares, por lo que esperan que pronto este prototipo se expanda.