En una granja normal, las personas crían cerdos, patos, pollos, vacas o cualquier animal de campo para comérselo o venderlo. Pero la Granja de la Tía Clafira tiene su horizonte en un objetivo en pro de los animales: rescatarlos, cuidarlos y rehabilitarlos para que tengan un buen resto de vida.
Carla Correa, estudiante de veterinaria, siempre rescataba perros y gatos, pero al ver que animales de otras especies eran maltratados y abandonados por sus dueños, sintió la necesidad de crear algo grande. Así nació esta particular granja que se encuentra en Limache, Quinta Región de Chile.
El primer animal de otra especie que impulsó la creación de esta granja fue un pato que quedó cojo por culpa de la familia que lo “cuidaba”— en realidad lo maltrataba —. Al conocer a este pato, Carla se dio cuenta de que nadie protege animales como él, nadie los quiere de la forma que merecen.
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El pato hoy se llama Patricio, y vive en la granja junto a muchos otros patos, burros, vacas, perros, pollos y más de 100 animales heridos, abandonados o maltratados que los vecinos llevan a la granja.
Carla y su padre, Carlos, cuidan y financian los alimentos y medicamentos de los animales que les llegan. También les dan cariño, algo que muchas veces falta darle a estos animales que no son considerados domésticos y muchas veces los abandonan cuando ya no sirven más.
La granja recibe a escolares y familias para que puedan conocer a los animales e inculcarles la conciencia de que debemos cuidar a nuestros hermanos menores, como los llamaba San Francisco de Asís; sólo les pide un pequeño aporte monetario o en alimento para los animales.
Ya que la mantención de la Granja de la Tía Clafira es autogestionada, se realizan diversas actividades, como rifas, tallarinatas y ferias, que avisan oportunamente en su página de facebook.
Más que una granja es un santuario. Un hogar para todos aquellos animales que no tenían otro destino que sufrir una triste muerte, pero que encontraron a estas buenas personas que día a día dedican todo su amor y esfuerzo a que todos los habitantes de la granja tengan una vida feliz.