Por lo normal, cuando una persona recurre constantemente a la práctica de morderse los labios, es porque está transitando por momentos de anhelos y más marcado aún, por episodios de ansiedad, bien sea por algún alimento en específico y hasta incluso hasta por querer estar física y sexualmente con alguna persona.
PUBLICIDAD
En casos extremos, existen personas que hasta se muerden el labio con tanta frecuencia que presentan llagas, esto considerado por los especialistas en medicina y psicología como un comportamiento repetitivo centrado en el cuerpo, situación que si no se controla a tiempo y como corresponde puede derivar en una trastorno.
[ Te puede interesar: Labios secos: Qué hacer para suavizarOpens in new window ]
Alerta a los automordeduras de labios
Barbara O. Rothbaum, profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory y miembro de la junta directiva de La Fundación TLC para Comportamientos Repetitivos Centrados en el Cuerpo, explica que “en general, morderse los labios es un hábito, como morderse las uñas, arrancarse el cabello o pellizcarse la piel, pero para que cumpla con los criterios para ser un trastorno, significa que tiene que causar algún deterioro y, por lo general, un deterioro en el funcionamiento”.
Recomendados
Uñas minimalistas: 5 ideas de manicura sencilla y clásica para mujeres elegantes
Cynthia Rodríguez triunfa con sexy look entallado, pero un detalle se lleva las ‘críticas’
3 mejores perfumes frutales para mujer: todos son perfectos para primavera-verano
Este anormal comportamiento hace que quienes lo sufren se sientan en la necesidad de no quererse dejar ni querer interactuar con las demás personas, así mismo en ir a trabajar, hacer planes sociales o experimentar otras partes importantes de la vida.
“Si alguien se muerde el labio cuando está ansioso y hay un poco de dolor, en realidad podría distraerlo de su ansiedad y eso podría reforzarlo. Cada vez que alguien está estresado o ansioso, por lo general se ve que aumenta cualquier tipo de comportamiento repetitivo, incluso si no es un hábito, se ve que la gente se vuelve más inquieta y hace todo tipo de cosas”, agrega Rothbaum.