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Cómo se mueren los gatos viejos

¿Te has preguntado qué hacen los gatos cuando desaparecen para siempre? Mi gata desapareció y aquí comento mis conjeturas acerca de su destino.

Anoche recibí una llamada telefónica que estaba esperando hace tiempo. Mi hermano, desde Valdivia, me informó que la gata, de 14 años, desapareció hace tres días y no se sabe nada de ella, su plato de comida está vacío y no hay agua en su platito para el agua. Lo mismo había pasado hace unos años con el gato, su ‘esposo’, que un día desapareció y nunca más supimos de él.

Aquella vez nos quedó la duda de si el gato, que tendría unos 10 años, había salido a parrandear y entre pelea y pelea murió asesinado, o si tal vez se descuidó y fue atacado por un perro, o puede que haya muerto atropellado por un auto, etcétera. Lo cierto es que desapareció y nunca, jamás supimos qué había pasado con él, pero como estaba más o menos viejo y flojo, supusimos que se murió por ahí, tranquilo y solo, preocupado de que su cadáver no fuera una molestia para nadie.

La gata había estado adelgazando los últimos meses. Como era peluda, siempre daba la impresión de estar gordita, rellenita, pero si uno la tocaba, se sentían una por unas las vértebras de la espalda y los huesitos de la cadera.

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Desde hace un tiempo, mañosa la gata anciana, decidió dejar de comer sola. Exigía a los habitantes de la casa que la acompañaran mientras se alimentaba. Así que cuando le daba hambre, se paraba frente a alguien, ponía cara de apuro, maullaba varias veces y salía corriendo hacia la cocina. Si uno la seguía, la veía esperando al lado de su plato con galletitas de carne o pescado, y, apenas verte, metía la cabeza al plato y se escuchaba cómo crujía en sus dientes la comida.

El asunto es que hace días que no aparece y no he podido encontrar en internet información certera acerca de la qué hacen los gatos viejos cuando notan que se van a morir. Me imagino que se sienten viejos, se notan flacos y/o mañosos, y se dan cuenta que los días se están acortando, que está haciendo más frío en las mañanas, que se acerca el invierno.

Y me imagino que, casi sin pensarlo, puro instinto mediante, toman toda su existencia y se suben a un árbol, saltan un muro, haciendo los recorridos que hacían siempre, pero llegan más lejos. Me imagino que huelen varios lugares, más o menos escondidos, debajito de un matorral, en medio de varios arbustos, donde el viento no les dé mucho frío, y se acurrucan ahí, poniendo el hocico debajo de la cola, hechos un circulito, y esperan.

Me queda la duda, en todo caso, de qué tan bien predicen el momento en que van a morir. Es decir, tal vez tengan que pasar un par de días o tal vez una semana antes de la muerte. Además, cuando salen a buscar su lecho tienen que, por lo menos, saltar una muralla, subirse a un árbol, entonces tan débiles no pueden estar. He llegado a conjeturar que se mueren voluntariamente de hambre.

Después de muertos, dependiendo del lugar que hayan escogido, pueden pasar varias cosas. La peor, creo, es que un humano encuentre el cadáver, lo meta a una bolsa de basura y lo haga terminar pudriéndose en un vertedero. Lo mejor, creo, sería que la lluvia deshaga el cuerpecito y pase a formar parte de la tierra, fertilizándola de forma absolutamente natural. También cabe la posibilidad de que el cuerpo se lo coma un perro, o un ave de rapiña (en Valdivia circulan jotes), integrándose igualmente de vuelta a la naturaleza.

En cualquier caso, me parece una actitud muy noble, muy responsable, no obligar a nadie a hacerse cargo de tu cadáver. Pero no deja de darme pena imaginarla con el hocico metido debajo de la cola, bien acurrucada, deseando que no empiece a llover, cerrando los ojos por última vez.

(Las fotos son de los dos gatos fallecidos mencionados en el post, sacadas el verano del 2006)

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