El gobierno japonés decidió aumentar el nivel INES del accidente nuclear ocurrido en su costa oriental, en la prefectura de Fukushima. Al pasar la emergencia de nivel cuatro a cinco, reconocen que las consecuencias del accidente no son locales únicamente locales, sino que se expandirán por el ambiente, causando varias muertes y con daños graves en el núcleo del reactor, liberando material radioactivo en la naturaleza. La escala va de 1 a 7, siendo siete un evento de las magnitudes del ocurrido en Chernóbil en 1986.
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El gobierno chileno contabilizó 101 compatriotas en la zona de peligro de Japón. De ellos, 30 se han trasladado a Osaka, a unos 300 kilómetros del accidente, y están en espera de un avión que los regrese a Chile. Muchos están regresando en un avión del gobierno colombiano hasta Bogotá, donde los recogerá un avión facilitado por LAN para llevarlos a Santiago. La autoridad chilena, en todo caso, dijo que no pagará los pasajes de vuelta a Japón, pero que ayudará a los chilenos que deseen refugiarse en Corea durante la emergencia, donde les darán alojamiento.
Si bien la emergencia es grave como toda emergencia nuclear, la zona de evacuación y el radio de precaución alrededor de la central es bastante menor comparado con otros accidentes radioactivos en el mundo. En Fukushima, el radio es de 30 kilómetros, mientras que en Chernóbil, el radio fue de 500.
La Compañía Eléctrica de Tokio, que operaba la planta de Fukushima, fue fundada durante la reactivación económica del Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Ha sido uno de los bastiones energéticos de la isla, y se ha transformado en la 4º empresa eléctrica del mundo, pero no ha estado lejos de la polémica. Con los 8,2 millones de Kw que operaba en energía nuclear, fue acusada en 2002 de falsificar informes de inspecciones de rutina y ocultar fallas en sus sistemas de seguridad. En el terremoto de 2007, una de sus plantas sufrió daños y se mantuvo cerrada hasta 2009. Después del desastre del 11/M, las acciones de la marca han caído un 70%.
Además del desastre humanitario, Japón está sufriendo la escasez de electricidad. En el norte de la isla, bajo la nieve de invierno, unas 850mil casas se encuentran sin acceso a la energía, y el gobierno ha llamado a los 10 millones de habitantes de Tokio a reducir tanto como sea posible sus gastos de electricidad, lo que llevó a apagar los enormes carteles luminosos que caracterizan a la capital nipona.