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La foto del día: encuentro entre primos

Los pumas y los gatos caseros no son primos tan lejanos, pero ambos son paradigmas opuestos de la actitud de un felino ante el ser humano

Los felinos (una subfamilia del género Felidae) incluyen numerosas especies que abarcan los distintos tipos de gato montés,  lince, el gato doméstico y el puma. Lo que se ve en la foto es, por tanto, el encuentro de dos especies que son primas hermanas, una del género Felis (Felis silvestris catus) y otra del género Puma (Puma concolor).

Aunque genéticamente están muy cerca, la civilización ha moldeado a las dos por derroteros bien distintos. El gato doméstico depende en la práctica de los cuidados de su dueño y asume esa realidad con mayores o menores dosis de cariño y/o gratitud. El puma en cambio evita al ser humano siempre que le sea posible, y a medida que la civilización, y el gusto por adueñarse de habitats ajenos ha llevado al hombre a construir cabañas de placer en la montaña, se ha visto empujado a terrenos cada vez más altos y con menos presas para cazar. Viendo la foto, suponemos que el puma en cuestión está sumamente desnutrido, y calza perfectamente con algo que todos sabemos: si no estuviera realmente desesperado por el hambre, no se le ocurriría acercarse a un sector poblado por nada del mundo.

Esta imagen nos llamó poderosamente la atención, porque de un lado de la ventana está la comodidad, el alimento seguro, la cama calientita, las caricias del amo, pero también la sumisión, la obediencia, el riesgo de que te echen a la calle si rasgas las cortinas, el riesgo de que maten a tus cachorros porque no tienen tiempo de buscarles hogar. Del otro lado de la ventana está la libertad, las inmensas praderas y majestuosas montañas, la cacería a la luz de la luna, la cima de la cadena alimenticia, pero también el frio, el hambre, las escopetas de los cazadores y las casas cada día más cerca de tu madriguera que te van empujando hacia los roqueríos estériles.

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