El inclemente Mar del Norte ha castigado con severidad las costas holandesas y ha arrastrado a su paso a inocentes focas, que por culpa del fuerte oleaje, han sido separadas de sus madres.
Un refugio de focas que lleva años establecido cerca de la ciudad de Groningen ha tenido que improvisar un poco para que sus instalaciones sean aptas para recibir a todas las focas que han tenido la mala suerte de acabar varadas en las playas holandesas; unas incluso tan pequeñas que siguen teniendo cordón umbilical.
Cuando estén recuperadas y sanas, regresarán al mar para reincorporarse a su hábitat natural, pero mientras tanto reciben cuidados por parte de los voluntarios del refugio que los alimentan y mantienen activos cuando no están dentro de las tinas especiales que adaptaron dentro de las instalaciones.
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El refugio se llama Seal Rehabilitation and Research Center y tienen cerca de 350 focas bajo sus cuidados por el momento; de las cuales cerca de 100 llegaron en los últimos 10 días, debido a las fuertes tormentas y vientos.
Una labor increíble la que realizan estos voluntarios, que muchas veces les agradecen las mismas focas al ser juguetonas y cariñosas con ellos.
Fuente: Seal Rehabilitation And Research Center In Netherlands Saving Orphaned Pups (Huffington Post)