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Papión mordió a niño en zoo de Quilpué ¿Responsabilidades? [Chile]

La semana pasada un niño perdió parte de su dedito tras la furia de un mono papión en el zoológico de Quilpué. El establecimiento y la madre se echan las culpas, pero ¿Cuál será el verdadero problema de fondo?

El accidente causó gran impacto gracias a un video que circula en la red que muestra el terrible accidente, y también la denuncia que ha hecho la mamá del menor que busca querellarse contra el establecimiento, pues asegura que no le prestaron la atención al no trasladarla al hospital. De inmediato saltó a la palestra un tema que venía de cajón ¿Tienen los zoológicos la seguridad necesaria? ¿Cuánta responsabilidad le corresponde a la madre?

Hace tiempo tenia planeado asistir con mi hijo al zoológico de Quilpué aunque no creo que sea un panorama estimulante, pero el niño insistía a pesar de mis argumentos sobre el cautiverio animal. Pues bien, lo hicimos realidad este fin de semana. Cuando íbamos en camino me enteré por un diario online que un menor había sido atacado y que perdió parte de su falange en el dedo medio. Continuamos con el viaje pensando que quizás el zoológico estaría cerrado, pero no fue así.

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No leí qué mono había atacado al menor, pero empecé a hacer memoria de cuando fui a Ecuador, donde interactué con varias especies de primates que vivían en una reserva y que a pesar de su naturaleza eran bastante sociables con el ser humano, por lo cual no pude imaginarlos capaces de semejante comportamiento.

Pero en cuanto vi al papión supe que era completamente posible. Desde que soy pequeña que sé que ese mono “poto feo” es uno de los más violentos de África. Recuerdo ver sus peleas en el Zoológico Metropolitano, donde no están cerca del “público” -voyeristas- como en Quilpué. Se entiende que su naturaleza es dominante y que hay escenas sacadas de películas carcelarias.

A pesar de esto, en el zoo de Quilpué, el papión estaba separado del resto y había cintas que decían “precaución” y un cartel que decía “desvío” que impedía el paso hacia el primate. Pensé que lo habían castigado tras su ataque, pero el zoológico dice que el lugar estaba así desde antes. ¿Les creemos?

La madre dice que las cintas de precaución se pusieron después y denuncia un “montaje”. Ella reconoció en primera instancia que fue a un lugar donde “el acceso no era fácil”. Pero que las cintas no estaban, cosa que es muy creíble, pero siendo objetiva, ella también debería hacer un “mea culpa”. Nadie con un poco de criterio acercaría a su propio hijo de tan corta edad para que un papión pueda hacerle daño.

Pero no vamos a defender ciegamente al establecimiento porque hay irregularidades pasadas y otras que en mi visita no entendí muy bien. Por ejemplo: el mono papión está separado de otros papiones que están en la jaula de al lado y de otro pariente muy parecido a los que se encuentra más arriba junto con las jaulas de otros monos más pequeños. La respuesta no la sé, pero creo que el zoológico no tiene espacio suficiente para los animales que en su mayoría están estresados.

Los zoológicos suelen parecer para muchos de nosotros un espectáculo de tristeza que tiene encerrados a animales que deberían estar libres corriendo o volando en sitios muy diferentes. Pero también es cierto que estos recintos funcionan como reservas de animales que han sufrido malos tratos o que morirían si fuesen puestos en libertad. Sin ir más lejos el Zoológico de Quilpué fue clave el año pasado para rehabilitar a tres lobos marinos que se encontraron varados y al borde de la muerte en la costa de la V región.

Esta labor es la más noble que realizan estos establecimientos y hay que fomentarlas, pero el problema es que, por lo menos en Chile, existe muy poca legislación sobre los zoológicos ya que los animales no son siempre atendidos de buena manera y sus condiciones de vida son para deprimirse.

Esta falencia no es solo en Quilpué, aun recuerdo que hace algunos años fui en verano al Zoológico Metropolitano de Santiago y el oso polar estaba echado en un rincón agobiado de las altas temperaturas. El hielo que flotaba a su alrededor era de utilería y en la parte superior lo auspiciaba un enorme cartel de Coca Cola. Y en Argentina esto fue aún peor. Winner perdió la batalla frente a las altas temperaturas de Buenos Aires.

No sabemos que es lo que pasará con las responsabilidades en el caso del niño y el mono papión. Pero creo que el zoológico de Quilpué debe ampliarse por lo menos en una cuarta parte, para que los animales que estarán encerrados de por vida, al menos tengan un hábitat más amplio y amigable, como si lo hace el Buin Zoo, por ejemplo.

También creo, que un zoológico consciente de la existencia de padres irresponsables y de niños curiosos, debería tener como mínimo un trasporte para accidentes y una enfermería con personal capacitado.

Ahora, Ricardo Jeldes, actual director, fue también el primer director del zoológico quilpueino que vuelve a ocupar este importante cargo, luego de que Mario Rivas, Profesor de Ed. Física, tuviera tan deficiente administración. Lo triste es que a pesar de la “supuesta” experiencia de Jeldes, las irregularidades siguen aconteciendo.

Los zoológicos tienen que ser responsabilidad de veterinarios o gente con conocimientos suficientes en el trato de animales, no son cargos políticos, ni plazas de trabajo que se otorguen discrecionalmente desde la alcaldía como parece estar siendo en este momento. Recordemos que Jeldes (Renovación Nacional), fue candidato a Alcalde de Quilpué y fracasó en su intento. ¿Este es un premio de consuelo? De verdad espero que no sea así y que cumpla sus funciones haciendo uso de las capacidades que dice tener.

Link: ¿Es necesaria la existencia de los zoológicos?

 

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