México podría perder sus playas en manos de extranjeros

En época de vacaciones, miles de mexicanos vamos en busca de un sólo destino. Paisajes de cielos despejados, aguas cristalinas, olas compartiendo su son. Sol, arena y maravillas de la naturaleza para completar una playa ideal. ¿Qué pasaría si, de un momento a otro, estas playas quedan lejos de nuestro alcance?, ¿playas privatizadas como bienes inmuebles en manos de extranjeros?

Diputados de Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Acción Nacional (PAN) presentaron una reforma al artículo 27 constitucional, disfrazada de buenas intensiones. Considerando que extranjeros utilizan intermediarios para adquirir propiedades residenciales en zonas de playa, los legisladores vieron a bien darles la posibilidad de adquirir un buen residencial sin intervención de terceros. Esto es, que podrían registra la compra a su nombre, asumiendo derechos y responsabilidades.

La reforma al 27 constitucional fue aprobada y, aún, espera que sea evaluada por la Cámara de Senadores; quienes ahora tienen en sus manos el destino de las playas mexicanas.

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Ante la situación, surge la organización Las playas no se venden, que en Change.org impulsan la petición Senadores de la República Mexicana: Que las playas mexicanas no se vendan a extranjeros. Su objetivo dar a conocer el “excelente” trabajo de nuestros diputados, enunciando las consecuencias viables a partir de esta modificación a la ley. De la misma forma, busca alzar la voz ante la preocupación de los mexicanos, que buscan preservar la riqueza natural, en playas y litorales.

Datos expuestos en la petición nos recuerdan que México cuenta con 11,000 kilómetros de litoral. Si consideramos que en Estados Unidos existen 10 millones de hogares con más de un millón, con que 1 de cada 20 millonarios comprara una casa de 22 metros a la orilla del mar, ¡nos quedamos sin costas!

La reforma ofrece al extranjero la posibilidad de comprar de playas, con algunos candados a evaluar, mismos que pueden implicar multas y sanciones (en dado caso que se llegue a formular un reglamento).

1. Que el uso de las tierras sea destinado para vivienda única y exclusivamente.
2. Que el uso de las tierras no tenga uso comercial, industrial, agrícola o cualquier otro que implique explotación económica directa o indirecta que derive de un uso a la vivienda o casa habitación.
3. El extranjero deberá convenir con la Secretaría de Relaciones Exteriores, en los términos de la fracción primera, párrafo noveno, del artículo 27 constitucional.
4. En caso de que las tierras sean destinadas a un uso distinto al de vivienda, la ley establecerá los procedimientos para que el extranjero pierda los bienes adquiridos en beneficio de la nación.

Conociendo la aplicación de las leyes en México Mágico, podemos pronosticar que estas residencias a la orilla del mar tendrán funciones distintas. En tanto los mexicanos enfrentan la grave posibilidad de quedarse sin playas, sí, ¿y qué pasa con el impacto ambiental? Peligran ecosistemas, especies endémicas, la protección de especies, litorales y manglares, en fin. Toda una catástrofe, en caso de que exista la posibilidad de privatizar las playas.

¿Qué pasa con las playas para los mexicanos? Técnicamente las playas deben tener una protección. Existen zonas que son consideradas áreas de protección de flora y fauna, como Yum Balam, en los municipios de Lázaro Cárdenas e Isla Mujeres. ¿Qué se hace con esos sitios?, ¿recibirán algún tipo de protección?, ¿se especificará en la ley? Mejor que se hagan estas preguntas ahora, antes de que sea demasiado tarde.

Firma: Senadores de la República Mexicana: Que las playas mexicanas no se vendan a extranjeros | Change.org

Link: Pijama Surf
Foto: Dr Marin (Wikipedia) / dominio público