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Buen Fin no justifica el consumo desmedido

Más que reactivar la economía, El Buen Fin genera deudas e impulsa la explotación ambiental.

Ha llegado el fin de semana más esperado del año. La tercera edición del Buen Fin se presenta con sus afamadas ofertas para reactivar la economía nacional ¿será que comprar mucho mejore la situación del país? Antes de justificar un consumo exagerado, reflexionemos sobre los verdaderos alcances del Buen Fin, así como el impacto ambiental de nuestro consumo.

“La iniciativa privada, el Gobierno de la República y los medios de comunicación se solidarizan contigo. ¡Aprovecha el Buen Fin!”. Bajo esta retórica de solidaridad, el Buen Fin se plantea como un mecanismo para consumir, y por ende, reactivar la economía. Se partió de la costumbre norteamericana del Black Friday, para incitar a que los negocios bajen precios, y propongan ofertas que invitan a las multitudes a gastar su dinero.

Este año se ha implementado “El Sorteo de El Buen Fin” en el cual se repartirá 250 millones de pesos en premios a 74 mil 500 tarjetahabientes que realicen sus compras en negocios formalmente establecidos. Pensando en quienes no usen su tarjeta, se dará el aguinaldo para que puedan gastar.

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El Buen Fin incentiva al consumo pero pasa por alto el endeudamiento, las pérdidas de negocios locales que no pueden solventar la baja de sus precios, o competir con las ofertas de otras empresas; y por supuesto, nadie menciona la cantidad de basura que genera tanta compra, ni mucho menos el desgaste ambiental que implica el abastecimiento de los productos.

Profeco y otros organismos, han recomendado frenar el consumo durante el Buen Fin. Principalmente se han mostrado preocupados por el incremento en el uso de tarjeta de crédito. Sin embargo, la compra desmedida no sólo implica que te endeudes; reflexiona sobre el desgaste ambiental que implica tu consumo:

  1. Tan sólo en México se recolecta diariamente 86 mil 343 toneladas de basura. Casi el 40% es puro papel y cartón; ahora piensa en el empaque de tus zapatos nuevos
  2. ¿Cuánta basura generan los productos que compramos?
  3. ¿Cuánto tiempo durará lo que estoy comprando? Muchas veces las ofertas nos llevan a consumir cosas que normalmente pensamos innecesarias. Si no es indispensable probablemente termine en un basurero al poco tiempo.
  4. El impacto ambiental no es sólo cuestión de desperdicio. Considera la cadena del proceso industrial y de distribución, que llevó al producto al estante de la tienda. Si la industria cree que los consumidores quieren más, habrá mayor producción; más desgaste de los recursos naturales. Para qué explotamos al ambiente por productos que tiraremos al poco tiempo.
  5. ¿Cuánta gasolina se usa para transportar los productos o para ir a comprar a las tiendas?

Estas son sólo algunas reflexiones que pongo sobre la mesa, pero si desde hace tiempo tienes tus ojos en algo que necesitas, adelante, aprovecha el Buen Fin. Sólo manténte alerta de estar ejerciendo un consumo responsable. Si sólo se te antoja por que estará más barato, te recomiendo pensarlo dos veces.

Además, muchas de las ofertas ni siquiera son efectivas. Revisa la “Lista Negra” de Profeco y prevé una mala compra. Si tu justificación es ganarle al gasto navideño, considera si en verdad no volverás a ir a las tiendas; el año pasado 68% de los consumidores volvió a comprar en fechas decembrinas haciendo un doble gasto.

Filas, empujones, multitudes, deudas, basura y explotación de los recursos naturales ¿valen la pena tantas vicisitudes sólo por comprar?

Fuente: Sitio oficial de El Buen Fin

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