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¿Rafael Correa está o no por la extracción de petroleo en el Amazonas?

Continuamos con el problema de siempre, grandes empresas que quieren pisotear el hogar de otros, en este caso, el de los indígenas de la Amazonia, bajo la atenta mirada del Estado.

En Ecuador se está librando una batalla entre grandes empresas multinacionales y algunas comunidades indígenas de la Amazonia. La disputa: tierras donde hay petróleo.

Los primero en levantar la voz fueron los Sarayaku, comunidad  profundamente molesta porque el Estado autorizó a una petrolera argentina a trabajar en sus tierras  sin el consentimiento de sus habitantes.

Otros de los afectados fueron las comunidades indígenas de Siona, Secoya, Cofán,  Huaorani y Kichwa. ya que en sus tierras comenzaron a realizarse  faenas petroleras por parte de Texacoque fue años más tarde comprada por Chevron, la cual quiere ser sacada por Correa, mediante la campaña La Mano Sucia de Chevron. Aunque este conflicto fue hace años.

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Pese a esto, el presidente ha sido llamado el destructor del Amazonas,  por el conflicto con el parque amazónico Yasuní,  por la extracción de petróleo.

El presidente Correa busca la contratación de empresas para que efectúen inversiones en trece campos petroleros en el sureste de la Amazonia ecuatoriana.

Correa opina que estar en contra de estos proyectos es un comportamiento “infantil” y que se deben aprovechar los recursos naturales no renovables del país.  Correa no quiere perder la oportunidad. A su juicio, en diez años se acaba el petróleo en Ecuador y no podrán aprovechar la circunstancia, eso sí, ha prometido que lo que se gane por la extracción de crudo se invertirá en mejorar las comunidades amazónicas que viven en la región.

Correa es un economista educado en E.E.U.U. y en Bélgica, quien antes de lanzarse como presidente era relativamente desconocido y tenia poca historia de trabajo directo con los movimientos sociales ecuatorianos. Sin embargo, su candidatura tuvo éxito y al llegar a la segunda ronda, el candidato incluyo algunas de las demandas que los movimientos sociales habían sostenido hace tiempo, como la oposición al Tratado de Libre Comercio con los E.U. y el compromiso de cerrar la base militar de los E.U. en la ciudad portuaria de Manta.

Él proclamó una revolución “ciudadana” con la promesa de convocar a una Asamblea Constituyente para escribir una nueva constitución y para poner fin a la ” larga noche neoliberal”.

 

Según Ivonne Ramos, líder de la importante organización ambientalista Acción Ecológica, el optimismo cauteloso del los movimientos sociales se ha convertido en conflicto abierto.

“Ha habido distintas corrientes en la Asamblea Constituyente, algunos en defensa del capitalismo y neoliberalismo, y otros señalando a un nuevo modelo. Vemos que muchas de las ofertas que intentan atacar al movimiento social provienen del presidente, « dice Ramos. “La discusión de la explotación minera destaca en estas posiciones distintas. La principal lucha de poder no es entre el presidente y la derecha. Es entre el presidente y la izquierda, incluyendo dentro de su propio partido.”

Acción Ecológica tiene lazos cercanos a la CONAIE y trabaja con las comunidades para resistir la explotación minera y petrolera.

Pero los indígenas no opinan igual. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (Confeniae) ha declarado que los costes sociales y ambientales de la nueva extracción petrolera en la región no pueden ser compensados por los beneficios económicos que se obtendrían. Hay cosas que el dinero no puede comprar. Los indígenas ejercer el derecho de decidir qué hacen con la tierra donde viven, que es tanto como decidir su propio desarrollo.

El presidente Correa recibió cartas de la ONU y de la corte de IDH, por el tema del petróleo, a lo que el contestó “Señores, vayan a meterse en sus asuntos y no en los asuntos de un país soberano como Ecuador”. Respuesta que sólo ha aumentado el repudio de sus ciudadanos, y de todos los países, con sus dichos.

El gobierno de Correa ha demostrado una y otra vez que está dispuesto a utilizar la policía y el ejército para reprimir la resistencia de los movimientos sociales. El primer y mayor acto de represión del gobierno de Correa ocurrió en noviembre del 2007, cuando el presidente declaró un estado de emergencia en la ciudad amazónica de Dayuma después de que las protestas bloquearan las operaciones petroleras. Los residentes fijaron barricadas en un número de campos petrolíferos, enojados por la falta de mejoras a la infraestructura prometidas por el gobierno a esta ciudad de colonos pobres (mestizos). Esto resulto en una represión violenta y el arresto de 23 personas, muchos arrastrados de sus hogares a punta de pistola. Los activistas del movimiento social y los derechos humanos, sorprendidos, exigieron una investigación de los abusos y amnistía para los manifestantes arrestados.

Parece cierto que estos conflictos entre Correa y los movimientos sociales aumentarán en los meses que siguen. En la ceremonia de cierre de la Asamblea, el presidente atacó el ” ecologismo e indigenismo infantil” como obstáculos para el desarrollo en Ecuador. Los ataques verbales no harán que desaparezcan los movimientos sociales, construidos por décadas de lucha.

José Gualinga, representante de la tribu Kichwa. aseguró “la gente piensa que esto es deshonesto y que la petrolera los trata como perros. No respetan ni a la tierra ni al planeta. No hay trato, no se ha decidido nada. La gente no quiere PetroAmazonas. Están molestos y preocupados. Hemos decidido pelear hasta el final. Cada propietario defenderá su territorio. Nosotros nos ayudaremos y nos alzaremos hombro a hombro para detener a todo el que quiera pasar”.

Por otra parte Patricio Jipa, el chaman de la tribu reflexiona “podríamos morir defendiendo la selva. Preferiríamos una resistencia pasiva, pero eso no es posible. No comenzaremos el conflicto, pero trataremos de bloquearlos y después pasará lo que tenga que pasar”.

Recientemente, Correa clausuró una ONG defensora del Amazonas, gracias al Decreto Ejecutivo 16, que le otorga al presidente la potestad de disolver organizaciones de derechos humanos y de otro tipo que se interpongan a su programa de gobierno.

 

Fuente: Frente al Nuevo Conquistador: Derechos indígenas y la represión en Ecuador de Rafael Correa – Indígenas ecuatorianos y el presidente Correa enfrentados por el petróleo de la Amazonia

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