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Pareja chilena va de Alaska a la Patagonia

Te contaré una historia muy bonita sobre una pareja de chilenos que recorren América sobre ruedas. Tuve la oportunidad de conocerlos y fue una experiencia muy grata.

Un día recibí la petición de Claudia Quinzio en couchsurfing —una página para intercambiar hospedaje con gente de todo el mundo—, donde me explicaba que hace 8 meses ella y su esposo Cristián Riquelme están recorriendo América y habían llegado a México. Desde luego me emocionó mucho y los invité a quedarse en mi pequeño departamento.

Por fin llegaron, relajados, con un rostro contagioso de serenidad y muchas historias qué contar. Pregunté lo que seguramente preguntan todos: ¿por qué decidieron hacer el viaje?

Quisimos hacer este viaje para salir de la rutina y hacer algo diferente.

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Sin rodeos, sin pretenciones y sin otro interés que el de divertirse recorriendo todos los climas, flora, fauna, cielos, ríos, lagos, mares y montañas del continente.

Les entregué las llaves del departamento, estacionaron su camioneta y se fueron a conocer el centro de la ciudad. Al siguiente día fueron a la Peña de Bernal, durmieron una segunda noche en Querétaro y luego partieron a su siguiente destino. Y así, sin buscarlo, en un instante me recordaron que la vida es eso que pasa mientras tratamos de poseer cosas que no necesitamos.

Se nota que la decisión no fue fácil para ninguno de los dos, preparar el viaje fue más complicado que tomar una mochila e irse de Santiago.

…¿Cómo se me fue a ocurrir semejante disparate? ¿Qué iba a pasar con mi carrera? ¿Qué iba a pasar con mi trabajo? ¿Qué iba a pasar con mi seguridad, mi rutina, mi iPhone, mi casa?

Es probable que la mayoría de las personas jamás tomen un riesgo de este tipo porque es más cómodo planear, no decepcionarse, no arriesgar, viajar en un avión y hospedarse en buenos hoteles.

Claudia y Cristián normalmente duermen en las camas de la camioneta y el único espacio privado que tienen es un pequeño baño. Pero si pudieras ver la felicidad que existe en sus ojos entenderías que los atardeceres, las lluvias, la nieve, las olas, los árboles, la arena, el mar, las frutas, los animales y las personas que han podido ver son la mayor riqueza que alguien podría obtener de este maravilloso mundo.

Me di cuenta que las grandes decisiones de mi vida, las importantes, las que dejan huella, las había tomado de forma impulsiva, y estas a su vez fueron las que me dieron las mejores bonanzas.

No espero que después de leer esto te vuelvas hippie, pero estoy convencida que el mundo necesita más personas que amen lo que hacen, respeten su entorno y disfruten su paso por este planeta.

Si quieres seguir la ruta de Claudia y Cristián puedes entrar a De Alaska a la Patagonia, su página oficial.

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