El arquitecto Kristofer Nonn y su esposa Helen, a través de idealist.org, una página de voluntariado social, comenzaron a enseñar en la comundad de Santa Elena, Venezuela, a construir este proyecto.
El proyecto es simple, 17 metros cúbicos donde se utiliza madera local, láminas, botellas de vidrio y concreto para la cimentación, pues deben ser levantadas del suelo para evitar el contacto con el suelo húmedo, evitando la infestación de termitas y promoviendo el enfriamiento.
La orientación es norte-sur hacia el valle, de esta manera los techos pueden capturar las brisas y el agua de la lluvia. El mobiliario está integrado en el marco de la pared, reduciendo al mínimo la cantidad de material requerido. En cuanto al consumo de energía, solo hay un par de focos en cada cabaña.
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Nonn espera que sus edificios inspiren nuevas y mejores formas de construir en la región, de forma más respetuosa con el medio ambiente de Santa Elena.
Aunque como puedes ver, no es un proyecto complicado. Lo que significa que puede ser estandarizado para construirlo en cualquier parte del mundo, no solo en Venezuela.