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Insisten en la siembra de transgénicos en México

En lo que va de 2014, y apesar de la suspensión de permisos, se han registrado 25 solicitudes para la siembra de transgénicos.

En los últimos años se ha incrementado la presencia de cultivos transgénicos en México, ganando terreno en el campo mexicano — en algunos estados, hasta podría alcanzar la totalidad de su suelo —. Una situación que pone en riesgo la biodiversidad del maíz mexicano y, además, afecta a productores que dependen de certificados orgánicos, como los apicultores en el sureste del país.

Recordemos que en octubre de 2013 el Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal suspendió el otorgamiento de permisos para la liberación de maíz transgénico. Esto frenó las solicitudes hasta entonces recibidas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de manera cautelar.

Sin embargo, las transnacionales y la misma Sagarpa insisten en la siembra de transgénicos en el país, a pesar del efecto que esta actividad pueda tener sobre las comunidades indígenas — muchos de hechos, viven de los productos que exportan a Europa, donde no se permite alimentos con rastros de organismos genéticamente modificados.

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De acuerdo con una investigación realizada por Contralínea, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica, órgano desconcentrado de Sagarpa) ha recibido un total 14 solicitudes de permisos para la siembra de maíz, algodón, frijol y trigo modificados, por parte de Monsanto, PHI México, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP, dependiente de la Sagarpa) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Al consultar la página de Senasica, en el apartado Estatus de solicitudes de liberación al ambiente de organismos genéticamente modificados, observamos una actualización (con fecha del 31 de julio de 2014) que arroja un total de 25 solicitudes de permisos, distribuidos en la siguiente forma:

  1. Monsanto: 4 solicitudes para la siembra de algodón. 130,000 hectáreas (2 solicitudes ya fueron negadas).
  2. PHI México: 4 solicitudes para la siembra de maíz. 10.42 hectáreas.
  3. INIFAP: 1 solicitud para la siembra de frijol. 0.12 hectáreas.
  4. CIMMYT: 5 solicitudes para la siembra de trigo. 0.50 hectáreas.
  5. Bayer de México: 11 solicitudes para la siembra de algodón. 156,830 hectáreas.

Ante la medida cautelar de suspender los permisos, existen 17 impugnaciones contra la demanda y la medida cautelar dictada por el juez federal. En esta embestida legal, de acuerdo con Contralínea, destaca la Sagarpa, Semarnat, y las trasnacionales Monsanto, Syngenta, PHI y Dow AgroSciences — quienes tienen sus solicitudes pendientes —. De levantar la orden, se liberarían 3 millones de hectáreas a estas empresas para sembrar sus granos en fases experimental, piloto y comercial.

Sabemos que el tema de los organismos genéticamente modificados es demasiado complejo y tiene muchas aristas a considerar. Lo preocupante es que, entre debates, demandas, amparos y demás, falta pensar en la seguridad alimentaria, en el campo y su biodiversidad, además de las comunidades cuyo ingreso depende de una producción bajo ciertas características.

Hace unos días se anuló el permiso a la siembra de soya transgénica en Yucatán, sin embargo, sólo significa que se gana tiempo para obtener las herramientas legales adecuadas que garanticen un México con zonas libres de organismos genéticamente modificados. Así como esas 53 personas y 20 organizaciones, esperemos que pronto seamos más mexicanos los que pidamos un país sin transgénicos.

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